Antonio Domínguez Ortiz y la deuda satisfecha

Quisiera hacer algunas puntualizaciones sobre el editorial publicado en EL PAIS el pasado día 24 de marzo, titulado «La universidad española: una deuda pendiente».En particular, me causa gran extrañeza no ver incluido en esa «lista» de grandes investigadores e intelectuales españoles que se han visto marginados de la institución universitaria (Ferrater, Marías, García Pelayo, Caro Baroja) a un gran historiador e investigador inca nsable de la historia de España de los siglos XVI, XVII y XVIII, me estoy refiriendo, sin lugar a dudas, a don Antonio Domínguez Ortiz, ese sevillano universal que tantas y tantas aportaciones ha dado a la historiografía española, y al que pocas veces se le han reconocido públicamente sus méritos.

Precisamente a principios de este mes se celebró en Barcelona un homenaje a la persona y a la obra de don Antonio en su setenta aniversario, en el curso del cual participaron prestigiosos historiadores (Molas, Anes, Bennassar, Caro Baroja, Lapeyre, Vilar). Este homenaje, organizado por los alumnos y profesores del Departamento de Historia Moderna de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, se hizo para que la universidad reconociera públicamente la deuda contraída con don Antonio, que en el transcurso de los actos fue propuesto oficial mente para el nombramiento de doctor «Honoris Causa» por la Universidad de Barcelona, tal como anunció el rector de la misma, señor Badía.

Solamente me resta decir que la gran humanidad, modestia, sencillez y simpatía que rodean la figura de don Antonio «cautivó» totalmente a cuantos le tratamos, y que con este acto, si no de un modo total, sí parcialmente, se ha iniciado el camino de reconocimiento público, por parte de la universidad, de la meritoriedad de la obra de don Antonio Domínguez Ortiz.