Provisión de cátedras
El caso de Castilla del Pino no es más que un caso. Todo lo vergonzante que se quiera, pero un caso. Cabe decir, entonces, que resolver el problema de Castilla es, simplemente, resolver un problema. Pero hay muchos problemas semejantes que deben encontrar su trámite preciso.No me parece que sea cuestión de contratos. La Universidad española introdujo, a contrapelo, hace años, un sistema de contratos leoninos en los que, como dijo Bernard Shaw, siempre había un perjudicado. Me precio de haber sido uno de esos «catedráticos contratados», liquidado por el método avieso de dejar sin tramitar el expediente de renovación.
La Universidad española adolece de muy graves dolencias. El sistema de oposición está en desuso. Afortunadamente. Se regía por el principio enunciado por Cayetano Alcázar, un director general de Universidades de los primeros tiempos del franquismo, que decía así: «Lo primero y principal es hacerse el tribunaI.» Habrá, entonces, que propiciar otros sistemas. Sistemas coherentes con la vida democrática, que se rige por el derecho de igualdad, por principios que contemplen el conjunto social, no el individuo.
No me parece adecuado el sistema de acopiar firmas. Habrá que sentar las bases de un modo justo de acceder al Magisterio, que tenga el mismo jaez para todo aspirante.
De cualquier modo, a Castilla del Pino le habrán de sobrar merecimientos para desempeñar honestamente un puesto en la docencia universitaria.
(Ex catedrático contratado de Psiquiatría y Psicología médica)
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