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Bandera, lengua y denominación de origen dividen a los valencianos

Las posiciones extremas, en esta pugna generalizada, están representadas por la Unión Regional Valencianista (URV), que recurre incluso a argumentos raciales para defender el Reino de Valencia del «imperialismo» de Cataluña, y por el Partit Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN), que propugna la independencia en el marco de una federación de Países Catalanes (Cataluña, islas Baleares, Roselló francés y País Valenciano). Ambos partidos, uno por la derecha y el otro por la izquierda, son extraparlamentarios y marcan los límites del enfrentamiento.El imperialismo catalán

La afirmación de la personalidad valenciana se plantea en relación con Cataluña. Los partidos se acusan entre sí de catalanistas y anticatalanistas, en función de la coincidencia o no entre ambas regiones de los colores de la senyera y de los orígenes de la lengua. Para Vicente Blasco Ibáñez Tortosa, primer candidato de la URV a la alcaldía de Valencia y nieto del escritor, «se trata de la lucha de un pueblo por su supervivencia, frente a las ansias de expansión de Cataluña, que ambiciona nuestras exportaciones y la riqueza turística balear». Las editoriales catalanas, que monopolizan los estados de opinión, en colaboración con algunos intelectuales valencianos a su servicio, vienen desde hace años -según la URV- realizando una labor despersonalizadora de los valencianos y pancatalanista.

El PSOE y el PCPV, que se ven inmersos en esta polémica y son conscientes de que en ella se juegan miles de votos, acusan a UCD de haberla capitalizado con fines electoralistas. Piensan que esta pugna por los símbolos «sirve de tapadera para que no se planteen públicamente otros problemas más reales y trascendentes en el proceso de recuperación nacional valenciano». Francisco Burguera, ex diputado de UCD y secretario general del Partit Nacionalista del País Valenciá (PNPV), va aún más allá en sus acusaciones a UCD: «Tras la victoria de las izquierdas el 154, el partido del Gobierno -que entonces no se había pronunciado sobre los símbolos- ha decidido en vísperas de las elecciones del 1 de marzo utilizar, manipular e instigar esta polémica, con el único fin de ganar algunos votos, en una actitud irresponsable, sin importarle el clima de confusión y enfrentamiento que está creando entre los valencianos.»

Estos tres partidos -PSOE, PCPV y PNPV-, que no niegan la existencia de una identidad lingüística y cultural entre el País Valenciano, Cataluña y Baleares, afirman rotundamente -frente a las acusaciones de «catalanismo» que les hace la URV- que el País Valenciano tiene una personalidad diferenciada de Cataluña en el aspecto político y nacional. «Nosotros no somos catalanistas ni anticatalanistas.»

UCD, en declaraciones de Emilio Attard, quitó hierro a la polémica y habló de «un sentimiento primario de valencianía que supone un componente claro en cualquier confrontación ideológica en Valencia. Lo que queremos es que esta discusión se acabe de una vez -añadió el ex presidente de la comisión constitucional-, para empezar a hablar en serio de los problemas autonómicos y para distinguir lo sustantivo de lo accesorio.

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¿Valenciano o catalán?

La URV, a pesar del pronunciamiento de veintitrés académicos (Dámaso Alonso, Vicente Alelxandre, Cela, Buero Vallejo y José María Pemán, entre otros) sobre el valenciano como forma dialectal del catalán, y el informe filológico en el mismo sentido, elaborado por la Universidad de Valencia, mantiene que el valenciano no procede del catalán, sino más bien al contrario.

Vicente Blasco Ibáñez afirma que el valenciano procede del substrato ibero común a todas las lenguas desde el sur del Ródano hasta Alicante. En favor de esta tesis argumenta con el escaso núniero de catalanes que llegó con Jaime I y la anticipación del siglo de oro de las letras valencianas (a los cien años de la reconquista) sobre la Renaixença de las letras catalanas en el siglo pasado.

Sin embargo, el apasionamiento no ha desaparecido con estos dictámenes. Manuel Sanchís Guarrier, que dirige el departamento de Lengua y Literatura Valencianas de la Universidad, recibia hace unos meses en su domicilio un paquete bomba que afortunadamente no hizo explosión. En su casa le han pintado leyendas en las que se le tiIda de «catalanista, judío y traidor».

PSOE, PNPV y PCPV aceptan el valenciano como variante dialectal del catalán. Y el PSAN lo califica de «catalán occidental», que se habla en las comarcas valencianas y en Lérida.

Región, reino o país

La denominación territorial constituye otro de los motivos de enfrentamiento entre los valencianos. La derecha se muestra decidi damente partidaria de nombrar a las tres provincias bajo la denominación de Reino o Antiguo Reino de Valencia. UCD, por la diversidad de tendencias que encierra en su seno, unas veces utiliza Antinuo Reino, otras País Valenciano (término reconocido en el Boletín Oficial del Estado cuando publicó el decreto de preautonomía) y en los últimos meses utiliza el término menos comprometido de «Valencia».

La izquierda, desde el PSOE al PSAN, habla de País Valenciano, término acuñado en la República y recuperado por el intelectual Joan Fúster.

El término «región», que ha sido utilizado por AP, CEI y UCD, ha perdido en los últimos meses presencia en la polémica, y para algunos se presta a determinadas connotaciones franquistas.

Al margen de las denominaciones, la cooficialidad de las lenguas y la integridad territorial encuentran un apoyo generalizado entre las fuerzas políticas. Unicamente el PSAN habla de un posible referéndum en las comarcas castellano-parlantes para que se pronuncien sus habitantes por la permanencia en el País Valenciano o su adscripción a las regiones colindantes de habla castellana (Aragón, Castilla y Murcia).

Enfrentamientos por una franja azul

Varios centenares de personas, portando senyeras con cuatro barras rojas sobre fondo amarillo, acompañadas de una franja azul, intentaron asaltar el palacio de la Generalidad, donde se encontraba reunido el Consell, para impedir que éste se definiera sobre los colores de la senyera del País Valenciano. La polémica, que en múltiples ocasiones se ha convertido en gresca callejera, se centra en que la derecha repudia la bandera sin franja azul, por coincidir con la enseña de Cataluña. La izquierda, desde los últimos años del franquismo, utiliza las cuatro barras sin franja azul, por entender que esta franja pertenece exclusivamente a las enseñas locales de Valencia y Burriana, y las cuatro barras constituyen la bandera de todas las comunidades que históricamente integraron la corona de Aragón.

UCD-Valencia, en los últimos días, se ha sumado a la postura de URV y otras formaciones de la derecha en defensa de la franja azul, mientras el pueblo valenciano no dedica lo contrario». Esta última afirmación, desde la postura contraria (a la franja azul la llaman paternina), es compartida por la izquierda. «La idea de un referéndum sobre la senyera -afirmó Joan Pastor, secretario general del PSOE-PV-, dado el empate a escaños que tenernos con UCD en el Plenario de Parlamentarios valencianos, puede ser la única solución; aunque nossiga pareciendo descabellado organizar todo un referéndum para este asunto.»

Freno de la autonomía

Los partidos de izquierda afirman que esta polémica es instrumentalizada como arma política por la derecha. «Cuando se está gastando tanto dinero y tantos medios para atacar a valores progresistas como Fuster, Estelles y Sanchís Guarner -afirma Ernest García, secretario general del PCPV-, e incluso se recurre a la colocación de bombas, no se está defendiendo los colores de una bandera, sino frenando el proceso de toma de identidad del País Valenciano.» La autonomía, según la izquierda, irá relegando la pugna por los símbolos.

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