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Suráfrica sobornó a dos diputados laboristas británicos

El soborno de dos diputados laboristas británicos, pagos elevados a políticos nacionalistas moderados rodesianos y la financiación encubierta del partido prosurafricano de Namibia figuran entre las operaciones clandestinas de propaganda del régimen surafricano, cuyos primeros detalles comienzan a hacerse públicos.Un consorcio de medios informativos anglonorteamericanos, entre los que figuran la BBC y el New York Times, tiene en su poder extensos resúmenes de los documentos que el ex jefe de Propaganda de Pretoria, Eschel Rhoodie, ha amenazado repetidamente con descubrir. Estas pruebas fueron facilitadas por Rhoodie como anticipo de una operación de venta que no ha llegado a consumarse.

Junto al alegado cohecho de dos parlamentarios laboristas no identificados, Pretoria habría puesto en pie en Londres una organización destinada a publicar literatura anticomunista y pagado más de cuarenta millones de pesetas por una sutil campaña de publicidad montada en la capital británica y destinada a quitar peso a las críticas contra el apartheid a través de anuncios en periódicos importantes de Europa y América. Suráfrica llegó a intentar la compra del diario The Guardian y del semanario The Observer, dos de las cabeceras más famosas de la prensa inglesa.

Según el señor Rhoodíe, más de setenta millones fueron canalizados hacia Rodesia en 1977 para promocionar los partidos del obispo Muzorewa y de Ndabaningi, Sithole, los dos dirigentes nacionalistas que ahora comparten el poder con Ian Smith. En Namibia, el propio John B. Vorster, ahora presidente de la República surafricana, habría autorizado el pago de más de veinte millones a la Alianza Nacional de Turnhalle, el partido tapadera de los intereses de Pretoria, que ganó las recientes elecciones en el territorio ilegalmente ocupado por Suráfrica.

En Estados Unidos, la red surafricana abarcaría desde una contribución de millón y medio a la campaña de nominación de Carter en Nueva York, en 1976, hasta el intento de compra del diario Washington Star, además de la financiación de conferencias y reuniones de negocios, en una de las cuales el ex presidente Gerald Ford percibió casi un millón de pesetas por su intervención.

Noruega, Japón, Francia y Alemania han sido también «blancos» del Departamento de Información de Pretoria. En la RFA, Eschel Rhoodie asegura que se han gastado más de ochenta millones anuales en «desinformar» a la opinión pública, apoyar asociaciones pro surafricanas y financiar organizaciones-pantalla. En Francia, el régimen de Pretoria intentó comprar sin éxito las revistas L'Express y Paris Match.

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