Canorea organizará la feria del cincuentenario de Las Ventas

Diodoro Canorea, nuevo empresario de Las Ventas, montará el próximo mes de septiembre la feria del cincuentenario de la plaza, que se cumple este año, y es su proyecto que consista en un abono de gran importancia, con ganaderías y toreros de la máxima categoría. Canorea ya actúa, de lleno, como empresario, aunque también figura como tal Taurina Hispalense, SA, que no participó en la subasta del coso.

Si, como espera, cuaja la feria del cincuentenario, se mantendrá en años sucesivos y será la segunda de las que se organizan al cabo de la temporada en la plaza de Madrid. La de San Isidro próxima tendrá, en principio, dieciocho corridas, de ellas dieciséis consecutivas, del 12 al 27 de mayo, y las restantes, los días 2 y 3 de junio. Además, novilladas matinales los días 20 y 27 de mayo, posiblemente con la presentación de Pepe Luis Vázquez y Paco Ojeda.Pero aún quedan por aclarar algunas cuestiones relacionadas con la nueva empresa, y de esto conversamos con Canorea.

Pregunta. Usted aún no ha firmado el contrato de arrendamiento con la Diputación, en cuyo acto tiene que presentar aval bancario por los 161 millones del canon.

Respuesta. Lo firmaremos un día de estos; faltan unos trámites notariales que se resolverán en seguida. Y en cuanto a los avales, no hay problema: van conjuntos Canorea-Taurina Hispalense.

P. Sin embargo, no es esta sociedad, sino Canorea, exclusivamente, el ganador de la subasta y, por tanto, el único arrendatario.

R. Es Canorea, en representación de Taurina Hispalense, y así lo hice constar en la oferta que presenté a la subasta.

P. Perdone, pero el ganador de la subasta, según hizo público la Diputación, es Diodoro Canorea Arquero, y nadie más.

R. ¡Oh, sí, naturalmente! Lo cual no impide que yo pueda entrar en sociedad con quien crea conveniente.

P. ¿Confía, entonces, en que la Diputación aceptará firmar un contrato de arrendamiento con Canorea-Taurina Hispalense, a pesar de que esta última ni siquiera participó en la subasta?

R. ¿Por qué no? Todo está dentro de la más estricta legalidad. De hecho, mi primera oferta a la subasta fue con Taurina Hispalense, pero no se aceptó, pues faltaba la ratificación de algunos de los veinticinco socios. Retiré entonces el pliego, y fue una ingenuidad por mi parte, pues yo podía formar sociedad con tres; bastaba eso.

P. Supongamos que la Diputación no acepta la firma del contrato en las condiciones a que antes nos referíamos. En tal caso, quizá tampoco acepte los avales bancarios, que están a nombre de Canorea-Taurina Hispalense.

R. Bueno, bueno, están a mi nombre; no hay problemas por ahí.

P. Hagamos otra suposición: que haya de firmar el contrato con la Diputación a su nombre exclusivamente. ¿Aceptarían esto los socios de Taurina Hispalense?

R. A esta pregunta no le voy a responder, pues es muy delicada. Ni puedo, ni quiero, ni me interesa tocar el tema ahora, compréndame. Como se diría en términos jurídicos, el asunto está sub judice. Tampoco tengo por qué manifestarme aquí al respecto. No es mi intención complicar a nadie, como creo que tampoco es la suya. De manera que he de hacerle una advertencia: todo lo que publique sobre el caso será mera suposición suya.

Es forzoso el cambio de tercio y la conversación continúa sin traumas por otros derroteros, mas debemos consignar aquí que en los carteles anunciadores de la novillada inaugural figuraba: «Empresa: Diodoro Canorea (Taurina Hispalense).» Días atrás, Leopoldo Matos, vicepresidente de la Diputación, manifestaba a EL PAIS que la corporación no reconoce otro arrendatario que Canorea.

El tema parece complicado, pero para Diodoro -un caso singular de cordialidad y sosiego- está muy claro. Y mientras, prepara una temporada interesante, acorde con lo que merece la afición de Madrid.