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El aumento de anhídrido carbónico en la atmósfera produce alteraciones irreversibles del clima

Hace tan sólo dos días -el pasado 23 de marzo- se ha celebrado el Día Mundial de la Meteorología, que se ha dedicado este año al estudio y promoción de las posibilidades y alternativas que ofrece esta ciencia a la escasez de recursos energéticos. Sin embargo, en un nivel más concreto y aplicado, la meteorología se enfrenta a la explosión industrial, la deforestación, la contaminación a todos los niveles que amenazan, en opinión de los científicos, con alterar de forma irreversible el clima mundial, ya que aumenta de una forma alarmante el anhídrido carbónico en la atmósfera. Benito R. Mallol informa sobre las consecuencias de este fenómeno.

La complejidad científica de los fenómenos climáticos, la de las múltiples interacciones entre los factores naturales de variación y las actividades humanas, exige una movilización mundial de los medios de investigación para llegar a un conocimiento mucho más exacto que el actual sobre el tema. Hasta el presente, los conocimientos en materia del clima reposan fundamentalmente sobre el estudio de las variaciones del clima pasadas.No son, sin embargo, los períodos de variación natural del clima los que más preocupan en la actualidad a los hombres de ciencia, poco preparados todavía para poder explicarlos e incluso preverlos. El tema primordial, objeto de estudios hoy día, el que moviliza realmente a los científicos, es el de la influencia de las actividades humanas en el clima.

Estas actividades humanas introducen perturbaciones sin precedente en la atmósfera terrestres, La principal acusación recae sobre el anhídrido carbónico, residuo procedente de prácticamente todas las combustiones, Como se sabe, este gas es totalmente transparente a la radiación solar, pero, sin embargo, tiene la propiedad de concentrar el calor en forma de radiación de onda larga (infrarroja) en la baja atmósfera.

Según se informó en la conferencia de Ginebra sobre el clima, el mes pasado, el anhídrido carbónico ha aumentado alrededor de un 15% durante el último siglo, coincidiendo con la explosión industrial, siendo actualmente ese aumento del orden del 0,4% al año. Según William Kellog, uno de los más renombrados meteorólogos norteamericanos' la tasa de anhídrido carbónico se duplicará de nuevo antes de finales del próximo siglo, y el incremento medio de temperaturas será de alrededor de seis grados antes del año 2100.

Sin embargo, hay quien dice que estos modelos científicos pecan de exagerados, que la Naturaleza (bosques, selvas, océanos) se encargará de absorber ese exceso de anhídrido carbónico. Pero lo realmente grave de este asunto es que también en estos terrenos la mano del hombre se hace sentir. Paralelamente al incremento anual de un 3% en las emisiones de anhídrido carbónico a nuestra atmósfera (que en cifras absolutas se estima actualmente en unos cinco mil millones de toneladas anuales), hay un retroceso considerable en los mecanismos naturales de depuración. Las selvas tropicales, que absorben ellas solas del orden del 42% del anhídrido carbónico producido en el mundo, son explotadas a gran escala por las compañías forestales, o «desmanteladas» por los agricultores en busca de nuevas tierras de labranza. En lo que respecta a los océanos, la capacidad de absorción del anhídrido carbónico por parte de sus capas superioes llega actualmente a la saturación. Para absorber los excedentes de aquel gas son necesarios unos mecanismos muy lentos de intercambio entre las capas superficiales y las más profundas. Un nuevo equilibrio exigiría, según los especialistas, un período de al menos mil años.

Un panorama, como se ve, poco halagüeño. Máxime si se tiene en cuenta que un incremento de temperaturas del orden del especificado por Kellog se hará sentir, sobre todo, en las zonas polares. Según este científico, una fundición completa de los casquetes polares haría subir en 65 metros el nivel de los océanos.

Programa de la OMM

Consciente de todo ello, la Organización Meteorológica Mundial expuso, al finalizar la Conferencia Mundial sobre el Clima, los principales objetivos de su programa mundial en este sector. Declaró como fundamental el fomentar la investigación sobre los mecanismos que rigen el clima, a fin de clarificar cuáles son las funciones relativas que ejercen las influencias naturales y antropogénicas.Estas actividades de investigación requerirán el ulterior desarrollo de modelos matemáticos que constituyan los instrumentos para la simulación del sistema climático y para poder evaluar su predictibilidad con toda exactitud. También se señaló corno muy importante el lograr una mejora de la adquisición y disponibididad de los datos climáticos. El éxito del programa climático depende de la creación de una amplia base de datos meteorológicos, hidrológicos, oceanográficos e, incluso, geofísicos. Además, los estudios del impacto del clima y la aplicación práctica de los conocimientos climáticos por los países también exigen información detallada. sobre sus recursos naturales y estructuras socioeconómicas. Pero, obviamente, los conocimientos sobre el clima no deben quedar marginados a un nivel puramente teórico. Es necesaria la aplicación de los mismos a la planificación, desarrollo y gestión.

Este esfuerzo -según la OMM- debe incluir programas para ayudar a los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales, a crear una mayor conciencia entre los usuarios de los beneficios que pueden conseguirse gracias a la utilización de la información climática de ámbito nacional. También se hizo hincapié en la necesidad le realizar estudios de los impactos de la variabilidad y de los cambios del clima en las actividades humanas, y traducir sus conclusiones en función de su máxima utilización para los Gobiernos y el pueblo.

Los objetivos generales del programa de la OMM son facilitar los medios para prever futuros cambios posibles del clima y ayudar a los países en la aplicación de los datos y conocimientos climáticos, a la planificación y gestión de todos los aspectos de las actividades humanas. Esto requerirá desplegar un esfuerzo interdisciplinario de una magnitud sin precedentes en el ámbito nacional e internacional. Pero, sinceramente, creemos que merece la pena.

En contraposición con algunas .Opiniones gratuitas de que en España no interesan los temas relacionados con el clima, no hay nada más distanciado de la realidad, tanto desde un punto de vista científico como administrativo. Según el meteorólogo Javier Mantero, jefe de la sección de Meteorología Ambiental del Instituto Nacional de Meteorología, «España, a través del Instituto, está integrada en la red mundial BAPMON, de la Organización Meteorológica Mundial, y en el programa EMEP, de la Comisión Económica con, Europa. La finalidad de ambos programas es la medición de los parámetros meteorológicos y de la contaminación atmosférica de fondo.

Son necesarios estos estudios para determinar la influencia real de las actividades humanas sobre el clima mundial. En otras palabras, no se puede hablar todavía de teorías generales de cambios climáticos sin disponer de una base comparativa suficiente de datos registrados durante un período mínimamente extenso.

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