Presenta a una moción de censura contra Callaghan
La oposición conservadora decidió anoche lanzarse al asalto final contra el Gobierno laborista británico, al plantear una votación de no confianza, que se resolverá en el Parlamento la semana próxima. La decisión tory es la respuesta a un intento del primer ministro para ganar tiempo, proponiendo conversaciones de todos los partidos sobre el futuro de la autonomía escocesa.Dos horas antes de que la señora Thatcher pidiera formalmente el voto de censura («esta casa no tiene confianza en el Gobierno de su majestad ... »), el Partido Nacionalista Escocés había hecho lo propio, cumpliendo así su anunciada amenaza de intentar derribar al Gobierno si éste no anunciaba una fecha concreta para el debate y la votación parlamentaria de la ley de devolución a Escocia, que fue aprobada en referéndum el primero de marzo por una mayoría insuficiente.
Con la votación de la semana próxima ha llegado el momento de la verdad para el señor Callaghan. Si la supera, su Gobierno podrá sobrevivir hasta el verano, o quizá hasta el otoño, tiempo límite para la convocatoria de elecciones. Si el Gobierno es derrotado, los británicos acudirán a las urnas, probablemente, a finales de abril.
Mensaje
En un breve mensaje a la nación, el jefe del Gobierno sugirió ayer conversaciones de todos los partidos a propósito de Escocia y fijó el plazo de un mes para que los Comunes se pronunciaran sobre la retirada de las leyes de devolución de poderes. El desesperado intento del primer ministro para ganar tiempo se consideraba anoche en la capital británica la jugada más arriesgada de su mandato, toda vez que la no aceptación de su propuesta significaba, inevitablemente, ir a una moción de censura en la que todo parece depender de los enigmáticos e imprevisibles parlamentarios del Ulster.
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