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Problemas sociales por el aumento de los trabajadores de edad madura

En un estudio recientemente terminado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se llega a la conclusión de que a fines del siglo XX habrá setecientos millones de trabajadores de más de 45 años de edad en el mundo entero. Este crecimiento acelerado de un sector de la población -el de los ciudadanos de edad madura- acarrea complejas consecuencias para la sociedad, y será uno de los principales temas a discutirse en la Conferencia Internacional del Trabajo, en junio próximo.

Los resultados de la investigación realízada por los expertos de la OIT muestran que: a) Las posibilldades de cambiar de empleo o de encontrar uno nuevo disminuyen poco a poco hasta los cincuenta años, pero a partir de esa edad dismiriuven a un ritmo vertiginoso. b) El período de desempleo que transcurre entre un empleo y otro es, como promedio, alrededor de cuatro veces más largo para los trabajadores de más de 45 años que para los que no han cumplido los veinte años, c) Los grupos de edad más vulnerables son los correspondientes a las personas de 55 a 59 años, que suelen necesitar un largo tiempo para cambiar a otro empleo, y el de los desocupados de más de sesenta años, que a menudo dejan de ser «empleables». d) La tasa de desempleo entre las mujeres de cierta edad es, desde hace mucho tiempo, algo superior a la de los hombres, además de que sus dificultades para incorporarse a la fuerza de trabajo son tarribién mayores. Actualmente esas diferencias están aumentando.El informe hace notar que en los países en desarrollo, el desempleo es menos pronunciado entre los trabajadores de más edad, lo que se debe, principalmente, a que el 70 % de éstos se dedican a la agricultura, pesca, caza, extracción de leña y otras actividades conexas. Sin embargo, se indica que esta situación cambia a medida que avanza la industrialización y la urbanización. Se señala también que en los países del Este, donde escasea la mano de obra, se estimula a los jubilados para que continúen trabajando.

La OIT sostiene en su estudio que son distintas las causas por las que los trabajadores de cierta edad encuentran dificultades para conservar su empleo o encontrar otro. Entre ellas señala el hecho de que la instrucción, formación y experiencia de esos trabajadores son el producto de una época anterior. A menudo, las herramientas de su oficio han caído en desuso. También ocurre que se dedican a actividades tradicionales afectadas por los cambios estructurales, dándose casos en que la disminución relativa de la fuerza física y facultades mentales no puede ser compensada siempre por otras cualidades.

Tambien existen, lo que la OIT calilica de lo «más grave», falsas ideas sobre la adaptabilidad de los trabajadores de edad, lo que se traduce en prácticas discriminatorias de algunos empleadores en contra de ellos.

La discriminación por razones de edad -se afirma- raras veces se ejerce de manera evidente, pero se practica en formas sutiles, que varían desde el establecimiento de límites máximos de edad para el empleo y el ascenso de los jóvenes en perjuicio de los trabajadores de edad, hasta la discriminación en los despidos y el acceso a la formación y orientación profesionales.

La OIT, en su amplio informe, finaliza incluso algunas soluciones sus riesgos, entre ellas, los sistemas de jubilación flexibles implantados en algunos países de Europa, o la reducción de la edad de retiro.

La Conferencia Internacional del Trabajo contará con todas las estadísiticas y reflexiones sobre esta materia y su compleja solución. Por ejemplo, en relación con la «reducción de la edad de retiro», se tomó el caso de Francia, llegándose a la conclusión de que si la edad de retiro en ese país se aplicara a los sesenta años, al conjunto de la población, en 1980 la carga adicional resultante supondría 13.200 millones de francos franceses. En general, todas las posibles soluciones apuntan a una carga cada vez más pesada en materia de seguridad social y pensiones. Justamente eso es lo que se deberá debatir.

Finalmente, en cifras, el problema se resume como sigue: actualmente, en los países desarrollados, casi uno de cada tres trabajadores tiene 45 años o más. En los países en desarrollo, la proporción es de uno por cada cuatro, aproximadamente. Por regiones, las cifras sobre los trabajadores mayores de 45 años son las siguientes: representan el 35% de la mano de obra total en América del Norte y en Europa; el 28%, en Asia oriental, Oceanía y la URSS, y el 23 % en Africa, América Latina y Asia meridional.

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