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El film "David", de Peter Lilienthal, Oso de Oro en el Festival de Berlín

Los festivales cinematográficos de Berlín occidental han concluido con la concesión del Oso de Oro, máximo galardón del certamen, a la película David, de Peter Lilienthal. Con ello, la organización y el jurado han rendido pleitesía al tema del momento: la persecución judía por los nazis.El bloque de películas dedicadas a Hitler y su época ha constituido un factor dominante de esta edición que ha significado un descenso de prestigio del festival berlinés. Aparte del David, de Lilienthal, una cinta emotiva y sin crudezas, tipo Holocausto, el nazismo, que cada día se vende mejor en este país, es el ambiente de otras aportaciones dignas de mayor o menor atención cinematográfica, pero de indiscutible carácter significativo por lo que tienen de signo del tiempo presente. Este es el caso de Cuestiones secretas del Reich, de Jochen Bauer, que fue calificada por la crítica como «insoportablemente banal», o el de Kassbach, una película austríaca, considerada por los comentaristas alemanes como «un error monstruoso» en cuanto a sus planteamientos históricos. En resumen, el objeto nazismo convertido en género de consumo ha hecho su irrupción en Berlín sin más fortuna que la alcanzada por David.

Por el contrario, la obra de Peter Lilienthal, judío con un largo exilio en Latinoamérica a sus espaldas, ofrece, al menos, una de las dosis de ternura no exenta, por supuesto, del lógico mesianismo. Es una historia arriesgada que ofrece como mérito el presentar no la regla general de los judíos eliminados en la cámara de gas, sino la excepción: la historia de David, supuesto único judío que logra escapar de Berlín con un pasaporte falso.

Nadie duda de que es una obra autobiográfica. Lilienthal abandonó Alemania con su familia en 1939, cuando la solución final hitleriana había cerrado las puertas a la emigración voluntaria. Sin embargo, esta obra sentimental de dos horas adolece de un diálogo endeble y de escenas milagrosas, en las que la detención del protagonista no se produce por pura casualidad.

Tras la retirada de tres países socialistas europeos y Cuba, en protesta por la proyección fuera de concurso de la película norteamericana Los que cruzaron el infierno, sobre la anterior guerra de Vietnam, quedaron dieciséis películas para repartirse un Oso de Oro y siete de plata. Es decir, un premio para cada dos filmes concursantes.

Por lo que toca a la participación española, los críticos han dedicado especial atención a Ocaña (título de Die Welt: «el cine español tiene preferencia por los travestis») y a la cinta interpretada por Els Joglars, sobre la vida y muerte del polaco Heinz Chez, ejecutado en Barcelona durante el franquismo (título del liberal Suddeutsche Zeitung: «Los asesinos en el papel de víctimas»).

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