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Estados Unidos no enviará tropas a la zona del golfo Pérsico

La decisión norteamericana de incrementar su presencia militar en el área del golfo Pérsico no incluirá el envío de tropas o el establecimiento de bases en la zona, después de que Arabia Saudita rechazara recientemente una propuesta de Washington en ese sentido.

Según revelaron ayer fuentes de la Administración Carter, el secretario de Defensa, Harold Brown presentó a los sauditas, durante su gira por Oriente Próximo, una serie de ideas destinadas a fortalecer el poder militar de Estados Unidos en la región. Una de ellas fue la posibilidad de instalar una base norteamericana en Arabia Saudita, algo que fue inmediata y rotundamente rechazado por el Gobierno de Riad.Antes de que se conociera la existencia de esta propuesta, el portavoz del departamento de Estado aseguraba que la Administración Carter no está considerando el establecimiento de bases militares en el golfo Pérsico. Washington estudia ahora otros medios de «exhibir sus músculos» en una región considerada de «importancia vital» para Estados Unidos y, simultáneamente, trata de establecer un frente estable de países aliados que compense la pérdida de su viejo y fiel gendarme en el área: el sha de Irán.

Para discutir estos métodos, el vicesecretario adjunto del departamento de Defensa, Robert Murray, viajó ayer a Arabia Saudita. Esta nueva ronda de conversaciones se produce días después de que se anunciara la cancelación de la visita a Estados Unidos del príncipe Fahd, en medio de explicaciones contradictorias que no dejaron en buen lugar a la Casa Blanca.

Los dirigentes de Arabia Saudita no ocultan su rechazo a los acuerdos de Camp David, porque no resuelven el problema de los palestinos, se sienten amenazados por la revolución en Irán y por el abandono de Norteamérica al sha y ven con preocupación, los choques fronterizos entre su aliado, Yemen del Norte, y el prosoviético Yemen del Sur.

Este puede ser uno de los primeros campos de colaboración en el área entre Washington y Riad. Una «oficina de coordinación defensiva» norteamericana fue recientemente abierta en Yemen del Norte y parece probable una ayuda militar conjunta de Estados Unidos y Arabia Saudita al régimen conservador de Yemen del Norte, que controla la estratégica entrada al mar Rojo, y que podría verse envuelto en un conflicto con Yemen del Sur.

Aparte de la previsible ayuda militar a Yemen del Norte y de la no menos previsible facilidad con que serán aprobadas las peticiones de armas norteamericanas por parte de Arabia Saudita, Egipto e incluso Jordania, la Administración Carter parece haber comprendido, con los acontecimientos de Irán, que el suministro masivo de material bélico no es garantía de estabilidad para sus al¡ados en la región del golfo Pérsico.

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De ahí que estén en estudio otras formas de expresar su apoyo a los países pro occidentales y de lanzar advertencias sobre nuevos movimientos que puedan desequilibrar la zona. Una de ellas será el aumento de la fuerza naval norteamericana en el océano Indico y la inclusión en la misma de unidades anfibias que hacen posible un rápido desembarco.

Otro sistema, utilizado el pasado mes de enero en Arabia Saudita, serán las visitas frecuentes a países del golfo Pérsico de aviones ultramodernos, tipo F-15, F-16, así como la celebración de algún tipo de maniobras conjuntas con ejércitos aliados. Barcos estadounidenses recalarán desde ahora con mayor frecuencia en el puerto egipcio de Alejandría, en el israelí de Haifa y posiblemente también en algunos de los emiratos del golfo Pérsico.

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