El ejército regular vietnamita hace frente a los chinos en Lang Song
Los Ejércitos regulares de China y Vietnam parecen haber entrado en contacto en los duros combates que se están produciendo en las proximidades de la ciudad de Lang Song, importante nudo ferroviario que une Hanoi con la frontera, a veinte kilómetros de la misma. Asimismo, después de dos días de incertidumbre, Estados Unidos decidieron ayer convocar una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para solicitar el estudio del ataque chino a Vietnam y el de éste país a Camboya. La convocatoria coincidió con un llamamiento de Kurt Waldheim a la paz y una intensificación de los vuelos de reconocimiento de aviones Tupolev-95 soviéticos sobre la zona del conflicto.
Mientras tanto, las fuerzas de Pekín avanzan por el centro y oeste de Vietnam, hasta alcanzar una profundidad media de veintiocho kilómetros. De todas formas se tienen noticias procedentes de Vietnam que dan cuenta de algunos retrocesos chinos debidos a contraofensivas.En Pekín, la normalidad es casi absoluta y nada indica un estado de guerra, los medios diplomáticos especulan con las posibilidades del ataque chino, que entró ayer en su sexto día.
Según los representantes de los países socialistas, China no podrá hacer frente a las tropas de refresco que acuden desde el pasado martes a fortalecer la línea defensiva vietnamita. Los occidentales tratan de ser más objetivos y estiman que, a pesar de la inactividad de los vietnamitas, el ELP chino tiene en la frontera suficiente número de tropas como para llevar a cabo un relevo rápido en sus tropas de choque.
Acerca del desarrollo de la guerra, las autoridades chinas guardan absoluto silencio. Las informaciones confidenciales de sus altos dirigentes a veces son contradictorias sobre el futuro de la campaña. Para una alta fuente china «la retirada puede producirse en las próximas 48 horas». Sin embargo, el viceministro de Asuntos Exteriores, Sung Zhihguang especificó que «se produciría en el momento oportuno».
La agencia de noticias de Hanoi es más explícita sobre el desarrollo de las operaciones. Ayer explicó que las capitales provinciales de Lao Cai y Cao Bang estaban en poder de los chinos, que, sin embargo, habían perdido en los primeros enfrentamientos en Lang Song 3.000 hombres.
Con esta última información coinciden informaciones procedentes de Hong Kong, que agregan a las bajas chinas una operación de envoltura a la localidad de Lang Song por parte del ELP, con el fin de cortar un posible contacto entre las divisiones procedentes de Hanoi con los residentes del interior.
Algunas opiniones procedentes de Japón estimaban ayer que los chinos no pueden retirarse por tener cortadas sus líneas de retaguardia, lo que fue desmentido categóricamente por los propios vietnamitas. En Hong Kong se estima que el freno en algunos puntos del avance chino se debe a dificultades de avituallamiento a las tropas de vanguardia.
No hay peligro de internacionalización
A pesar de las declaraciones de Yuri Andropov, miembro del buró político del PCUS y presidente del KGB soviético, en el sentido de la «extrema gravedad» de la intervención china, fuentes japonesas y norteamericanas estiman que no hay ningún indicio de una represalia militar de la URSS.
Refuerzos chinos
Fuentes de espionaje tailandesas han aventurado que el objetivo que persigue China antes de su retirada es una batalla directa con el Ejército regular vietnamita y la consiguiente derrota del mismo.
Para Hanoi la defensa del territorio Este, el más próximo a la capital, entraña varios problemas. Por un lado, la obligada pérdida de influencia en Camboya y Laos, donde tiene 100.000 y 20.000 soldados, respectivamente, en caso de repatriarlos al frente chino. Junto a esto, diversas causas de orden interno. El rechazo de los jóvenes vietnamitas del Sur a formar parte del Ejército, el fantasma del hambre en algunas zonas y la escasez de actividad agrícola e industrial, por falta de brazos, ocupados en las campañas militares.
Finalmente, el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Sunao Sonoda, afirmó ayer que su país estaba dispuesto a servir de interlocutor entre chinos y vietnamitas para lograr un acuerdo pacífico, y ratificó su opinión de que la situación en la zona era «muy peligrosa».
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