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Un guardia civil de Tráfico fue asesinado ayer frente a la puerta de su domicilio

El Guardia Civil de Tráfico Gabriel Cristóbal Vozmediano fue asesinado ayer, poco después de las tres de la tarde, por dos individuos que huyeron a pie. El asesinato ocurrió en la misma puerta del domicilio de la víctima, en la calle Pajaritos, del barrio de Pacifico, donde vivía con su madre.

La víctima se dirigía hacia su domicilio, alrededor de las tres de la tarde, cuando dos individuos jóvenes, al parecer vestidos con chaquetas marrones, efectuaron varios disparos sobre Gabriel Cristóbal, que quedó en el suelo en medio de un charco de sangre. Al menos un disparo le alcanzó en la cabeza.Acto seguido, los asesinos arrebataron la pistola del guardia y huyeron a pie hacia la calle de Valderribas, y desde ésta hacia la autopista de circunvalación, M-30, muy próxima al lugar. Varios vecinos y los dueños de un bar situado junto a la casa fueron los primeros en acudir junto a la víctima, al mismo tiempo que la madre del guardia, que gritaba: «Mi hijo, mi hijo.»

El cuerpo de Gabriel Cristóbal fue recogido pocos minutos después por un coche radio-patrulla de la Policía Nacional, que le trasladó a la residencia sanitaria Francisco Franco, donde ingresó ya cadáver, por lo que fue llevado directamente al depósito mortuorio. En el lugar de los hechos, según fuentes del Ministerio del Interior, se encontró un casquillo de bala de calibre nueve corto, marca Geco.

La madre del fallecido y numerosos compañeros de la Guardia Civil se trasladaron a los velatorios de la ciudad sanitaria, así como el alcalde de Madrid, Luis María Huete, quien expresó su pésame a los miembros del Cuerpo. En la tarde de ayer, el cadáver fue trasladado al hospital militar Gómez Ulla, donde quedó instalada la capilla ardiente.

Medios del Ministerio del Interior no daban ayer mucho crédito a la posibilidad de que ETA sea responsable del asesinato, entre otras razones porque el nueve corto no es calibre habitual de la organización vasca, ni ésta suele robar las armas de sus víctimas, ni escogería para un golpe en Madrid a un guardia civil sin graduación, como es el caso.

Gabriel Cristóbal, tenía 42 años, era soltero y vivía con su madre, Dolores Vozmediano, una anciana de setenta años.

La víctima había ingresado en el Cuerpo hace unos diez años.

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