Fortalecer el diálogo entre EEUU y México, objetivo de la visita de Carter
Las reservas mexicanas de petróleo y gas natural, el problema de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos y las relaciones comerciales entre los dos países son los tres grandes temas que discutirán los presidentes José López Portillo y Jimmy Carter durante la visita oficial de este último a México, iniciada ayer.
Al dar la bienvenida a Carter en el aeropuerto de Ciudad de México, el presidente López Portillo dijo que «pocos países en el mundo tienen tanto sobre qué hablar», mientras que el presidente norteamericano, que se expresó en un castellano aceptable, declaró que el objetivo de su visita es «fortalecer el diálogo entre México y Estados Unidos».En total Carter y López Portillo conversarán durante siete horas, más tiempo del que dedicó el presidente norteamericano al viceprimer ministro chino, Deng Xiaoping, en su reciente visita a Washington. Impresionantes medidas de seguridad rodearon el trayecto de los dos presidentes desde el aeropuerto hasta el Palacio Nacional, donde celebraron anoche su primera entrevista. Más de 10.000 soldados cubrían el itinerario, junto a un número indeterminado de policías y un millar de francotiradores apostados en los tejados de los edificios.
Visita a pueblos
Aparte de sus conversaciones con el presidente mexicano, Jimmy Carter visitará hoy un pequeño pueblo agrícola del estado de Morelos y pronunciará el viernes un discurso, posiblemente en castellano, ante una sesión conjunta de las dos Cámaras del Congreso de la Unión, el Parlamento mexicano.El presidente de Estados Unidos viene acompañado por un equipo de catorce altos funcionarios, entre los que figuran el secretario de Estado, Cyrus Vance, y el consejero presidencial para Asuntos de Seguridad, Zbigniew Brzezinski.
Si las relaciones entre México y su poderoso vecino del Norte nunca fueron especialmente buenas, un aumento de la tensión se registró en los últimos dos años, pese a las declaraciones oficiales de «amistad y respeto mutuo». La negativa de la Administración Carter a aceptar el precio pedido por México
para su gas natural provocó el año pasado una airada reacción del Gobierno de López Portillo, que desvió el trayecto del gasoducto en construcción y decidió utilizar el gas para el consumo de la industria nacional.
Por otra parte, las medidas anunciadas por los norteamericanos para detener el flujo de inmigrantes mexicanos que cruzan ilegalmente la frontera y, en especial, el proyecto de construir un muro (el llamado ya « muro de la tortilla » o «muro de Carter») en tres tramos, totalizando veinte kilómetros de una frontera que tiene 3.000, causaron gran irritación entre la opinión pública mexicana.
Discriminación en EEUU
A ello hay que sumar las constantes denuncias de discriminación, explotación, brutalidad policíaca e incluso asesinatos impunes que sufren los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, cuyo número oscila entre tres millones y seis millones de personas. Las dificultades aduaneras impuestas por Estados Unidos a los productos, especialmente agrícolas, que exporta México, el contrabando de bienes norteamericanos (estimado en mil millones de dólares anuales) y el tráfico de estupefacientes por la frontera configuran el resto de la agenda a discutir por los dos presidentes estos días.López Portillo ha repetido que su país quiere «exportar bienes y no personas», pero con una tasa de desempleo del 25%, la emigración ilegal a, Estados Unidos supone una «válvula de seguridad» para la situación social mexicana. Los importantes recursos petrolíferos descubiertos en México en los últimos dos años podrían suministrar la capitalización necesaria para un ambicioso programa a largo plazo de industrialización y desarrollo económico.
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