Canorea debe hacer público quiénes le financian

Aún no hay certeza alguna acerca de quién respalda económicamente al nuevo empresario de Las Ventas, Diodoro Canorea. Entre los numerosos taurinos consultados por EL PAIS hay unanimidad: ninguno cree que Canorea tenga una fortuna personal suficiente para aportar sin ayuda esos 161 millones de pesetas con los que ha ganado la subasta de la plaza.Antes de que los candidatos presentaran sus ofertas, ya en el mes de diciembre, dimos la información. de que Martín Berrocal acudía a la subasta en tres pliegos, uno de ellos firmado por Canorea, y el propio ganadero y promotor de boxeo nos confirmó, una vez resuelta la subasta, que, efectivamente, había pactado con Canorea, si bien, a la vista de cómo se habían desarrollado los acontecimientos, su intención era deshacer el acuerdo para cuanto se refiere a lo taurino. No descartó, en cambio, que pudiera participar en el negocio de organizacióff de distinto tipo de espectáculos en Las Ventas. Según otras versiones -al parecer, con no tanto fundamento-, detrás de Canorea había capitalmexicano, aportaciones de determinados ganaderos, firmas bancarias, etcétera. Pero, insistimoy nadie piensa que es Canorea el que va a afrontar en solitario la aventura de regir el coso madrileño.

Estamos, por tanto, ante una incógnita que debe despejar de inmediato el nuevo empresario, o en su defecto tendrá que ser la Diputación Provincial la que investigue qué trasfondo tiene este asunto. El que paga, manda, y la afición madrileña tiene el derecho a saber quiénes son los que van a regir durante cinco años los destinos de la plaza, que es como decir la fiesta de toros en Madrid.

El pliego de condiciones para el arrendamiento de la plaza prevé en su estipulación undécima que el arrendatario no podrá efectuar subarriendo ni cesión de la plaza sin consentimiento, por escrito, de la corporación. Y en la vigésimo primera, que si un licitador fuera representante de una sociedad, ésta deberá estar constituida y representada en el, Registro Mercantil en la fecha de presentación de ofertas.

Son cuestiones que admiten interpretación, por supuesto, pero precisamente por ello no queda muy claro si se ajusta a las estipulaciones del pliego un empresario que, si es cierto el rumor, después de serle adjudicada la plaza aún negocia participaciones, y en cualquier caso, nadie sabe a ciencia cierta qué capitales representa.

No parece que el misterio o el secreto sean la estrategia adecuada para iniciar la gestión como empresario de la primera plaza del mundo.