La flota de Lanzarote, sin garantías, continúa amarrada
Dos meses después del atentado al pesquero canario Cruz del Mar, en el cual murieron ametrallados siete marineros, la situación laboral en la isla de Lanzarote apenas ha sufrido variación: la flota de sardinales y artesanales continúa varada en los puertos desde que regresó del banco sahariano a raíz del atentado. La situación se hace cada vez más insostenible en una isla de 50.000 habitantes cuya actividad económica se centra, casi exclusivamente, en el sector pesquero.
Un total de 1.200 marineros quedaron en paro en Lanzarote por la falta de garantías para pescar frente a las costas del Sahara. A este número hay que sumar los mil trabajadores de las industrias conserveras que, al no disponer las fábricas de la materia prima, han tenido que cerrar y mantenerse a la expectativa. Por otro lado, una serie de pequeñas industrias auxiliares del sector y numerosos comercios también han sentido durante estos dos meses el paro generalizado de los trabajadores.
El pasado viernes la Delegación de Trabajo dictó una disposición por la cual se dedican sesenta millones de pesetas, en forma de Seguro Especial de Desempleo, a todos los marineros que pararon el día 27 de noviembre, fecha del atentado, y durante 45 días a partir de esta fecha. Este seguro, acordado por el Ministerio de Trabajo, será distribuido en los próximos días por el Instituto Social de la Marina y equivale al 100% de los salarios que cobraban.
Sin embargo, fuentes sindicales han manifestado que este seguro no va a resolver el problema, al mismo tiempo que indican que los trabajadores no están dispuestos a volver a faenar a las aguas del Sahara mientras no haya un mínimo de garantías.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.