El azúcar desaparece como elemento primordial del comercio entre España y Cuba
España y Cuba suscribieron ayer un nuevo acuerdo comercial para los próximos cinco años, que sustituye al actualmente en vigor tras varías prórrogas. El nuevo acuerdo está elaborado sobre la base de consolidar y desarrollar los intercambios recíprocos, sin que se incluyan nuevos contratos de compra de azúcar cubano, dado el grado de autoabastecimiento que ha alcanzado España.
El acuerdo fue fabricado por el subsecretario español de Comercio, Carlos Bustelo, y el viceministro de Comercio Exterior de Cuba, Julio Cabrisas, que han presidido, respectivamente, las delegaciones que han llevado a cabo las negociaciones previas al tratado. Las conversaciones que han conducido a la firma del acuerdo han sido calificadas de laboriosas por fuentes próximas a ambas delegaciones. Las mismas fuentes han señalado que la visita del presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, a La Habana y las conversaciones mantenidas con el primer ministro cubano, Fidel Castro, han sido decisivas para encarrilar el rumbo de las negociaciones. El anterior acuerdo comercial hispano-cubano debió ser prorrogado como consecuencia de las dificultades surgidas en alguno de los temas específicos de aplicación que retrasaron el final de las negociaciones. La base del primer acuerdo comercial hispano-cubano fue la adquisición de importantes partidas de azúcar, contratadas por el entonces ministro de Comercio español, Nemesio Fernández Cuesta, en unos momentos de escasez nacional y mundial, a unos precios que quedaron casi de inmediato muy por encima de los vigentes en el mercado internacional. Este cambio de coyuntura, tanto a nivel español como internacional, motivó la renegociación de diversos aspectos del acuerdo, especialmente en lo que se refiere a precios y cantidades de azúcar cubano adquiridas por España. Esta, evolución culminó en 1978, año en el que España no compró azúcar cubano, dado su elevado nivel de autoabastecimiento. Esta situación se consolida en los próximos cinco años, según el acuerdo firmado, aunque éste incluye una cláusula por la que, en caso de que España tenga necesidad de importar azúcar, el mercado cubano será considerado suministrador prioritario.La base del comercio hispano-cubano se traslada a partir de ahora a las áreas de café, tabaco y níquel, fundamentalmente, en lo que a ventas cubanas se refiere; España, por su parte, suministrará a Cuba maquinaria, bienes de equipo, material de transporte y buques. En este último aspecto, ambas partes reconocieron que las dificultades surgidas en torno a los pedidos del Gobierno cubano a la empresa gallega Ascon (construcción de varios pesqueros) habían obstaculizado en buena medida el logro inmediato de un nuevo acuerdo. Los jefes de ambas delegaciones señalaron que los problemas habían sido solucionados y que incluso se contemplaba la posibilidad de contratar nuevos pedidos a ese y otros centros de construcción naval españoles.
Una de las innovaciones que presenta el nuevo tratado es la supresión del régimen clearing en los intercambios a partir del 1 de enero de 1981, pasando a utilizar el régimen habitual de realizar las transacciones en monedas de libre conversión. Hasta ahora, las compras respectivas no eran abonadas en divisas convertibles, sino que entraban en un fondo de compensación para ser contrarrestadas por los intercambios sucesivos.
Los jefes de las respectivas delegaciones anunciaron la inclusión en el contexto del tratado de varios proyectos que, por estar actualmente en vías de negociación, no fueron explicitados. Entre los proyectos en vías de discusión se encuentran, al parecer, algunos de vital importancia en el campo de la cooperación y asistencia española al proyectado desarrollo turístico de Cuba. El viceministro cubano calificó al sector turístico como «uno de los pilares del desarrollo futuro de Cuba».
El representante cubano confirmó, por último, la existencia de algunas dificultades en la última cosecha tabaquera, derivadas de condiciones climatológicas adversas en los meses clave del ciclo productor. Sin embargo -señaló el señor Cabrisas-, España tiene absolutamente garantizado el suministro, como país prioritario que aparece definido en el acuerdo suscrito ayer.
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