Los ministros de Economía y Justicia, figuras claves del nuevo Gobierno brasileño

El futuro presidente del Brasil, general Joao Baptista Figueiredo, quien tomará posesión de su cargo el próximo 15 de marzo, tenía previsto anunciar hoy, en un acto público a celebrar en Brasilia, la composición de su Gabinete ministerial, cuyos cambios más relevantes han sido encarrilados por Mario Simonsen y Petronio Portela. En otras circunstancias, el hecho alcanzaría una relevancia política inusitada, en vitud de las expectativas abiertas por el tímido proceso de liberalización democrática del régimen brasileño. Sin embargo, el hecho de que los nombres de la mayoría de los ministros hayan trascendido hace semanas a la luz pública resta interés al acto.En opinión de la mayoría de los observadores, solamente dos de los nombramientos merecen un análisis atento, por su significado. Se trata del «ascenso» del actual ministro de Hacienda, Mario Henrique Simonsen, autor de la política económica del Gobierno de Geisel, al Ministerio de Planeamiento

Para los dirigentes de la oposición, el hecho de que Simonsen permanezca en el Gabinete ministerial, con más poder incluso que durante la presidencia de Geisel, significa una ratificación de los erróneos postulados económicos del actual Gobierno, «entregado sin reservas a las multinacionales y a los capitales extranjeros». Las críticas por el casi seguro nombramiento de Simonsen son prácticamente unánimes.

La otra novedad es la designación de Petronio Portela, actual presidente del Senado, como ministro de Justicia. La importancia del nombramiento de Portela reside en el hecho de que en Brasil, a diferencia de otros países, el Ministerio de Justicia es el auténtico conductor de la política del país. Petronio Portela es el autor, a instancias de Geisel, de las reformas constitucionales que entraron en vigor el pasado 1 de enero y que, básicamente, suponen la desaparición de los poderes excepcionales que los militares brasileños se autoconcedieron después del derrocamiento de Joao Goulart, en 1954, materializados en el texto Acta constitucional número 5.

En cuanto a las fuerzas armadas, el general Walter Pires será ministro del Ejército; el almirante Maximiano de Fonseca, de Marina, y el brigadier Delio Jardim de Matos lo será de Aeronáutica. Se da por segura la continuidad en el Gabinete del actual jefe de la casa civil de la presidencia, general Couto e Silva, considerado como uno de los hombres más influyentes del régimen.

Para sustituir al actual ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Azevedo da Silveira, se cita al embajador Ramiro Saraiva.