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Los obispados de Bilbao y San Sebastián reiteran la condena de la violencia

Aunque «quien sepa leer honestamente los diversos documentos de la Iglesia en el País Vasco advertirá que los grupos quedan retratados con nitidez en la descripción de los hechos que cometen y de su filosofía», la Iglesia católica vasca, «más que denunciar siglas o grupos concretos, prefiere describir cada una de las clases y tipos de violencia, señalando sus raíces y describiendo su mal ético». Con estas consideraciones, entre otras, respondieron ayer los obispos de Bilbao y San Sebastián, en una nota conjunta, al reciente llamamiento, de la Consejería del Interior del Consejo General Vasco que emplazaba a la jerarquía eclesiástica vasca a pronunciarse claramente en torno al tema de la violencia.

«La Iglesia -comienza afirmando el documento- está dispuesta a aceptar cualquier crítica, siempre que se haga desde la verdad.» Sin embargo, el reproche implícito que aparecía en la nota de la Consejería del Interior -«la Iglesia no puede quedar continuamente en silencio y debe asumir sus propias responsabilidades»- es considerado tanto más injustificado cuando apenas una semana antes el obispo de Bilbao, «en el marco de la jornada de la paz, había pronunciado una importante homilía» en torno a la violencia, que había sido también tema de otra pastoral conjunta de los obispos de Bilbao y San Sebastián el 10 de noviembre. Por ello mismo, ambos obispados expresan también su satisfacción por la rectificación del pleno del Consejo General a la anterior nota de la Consejería del Interior.

Diez años contra la violencia

El documento episcopal recuerda que desde hace diez años, «incluso cuando ninguna fuerza de la oposición política podía o, creía decir una palabra de denuncia», la Iglesia vasca ha venido «formulando con firmeza su repulsa de la violencia». En este sentido, el documento remite a los boletines oficiales de las diócesis vascas, «que ofrecen toda una antología de pronunciamientos que desmiente la acusación de silencio para cualquier persona de buena voluntad».En opinión de ambos obispados son también significativas «las homilías en los funerales por personas muertas en actos violentos», aunque «en algunos medios sólo parecen ser tenidas en. cuenta voces sueltas de ciertas homilías discrepantes».

«Por otra parte -prosigue el texto-, la Iglesia en lugar de reducirse a condenas, que ya las ha hecho desde hace mucho tiempo, pretende además, y sobre todo, crear convicciones, educar a las personas y a los grupos, cambiar el corazón de los hombres. Propone, en definiliva, actitudes personales y colectivas con las que la violencia no sea posible entre nosotros.»

Hablar sin presiones

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Por ello, «la voz de la Iglesia se hace oír cuando ella cree debe hacerlo, sin ceder a impulsos emocionales o a las presiones de los partidos o de los grupos» y está persuadida de que esta actitud «es más constructiva a la larga», educando pacientemente «a los creyentes para la reconciliación y el perdón».La nota reitera el rechazo por parte de la Iglesia vasca de «la violencia como medio para solucionar los problemas socio-políticos» y dando un no rotundo a la sangre derramada y a la muerte de un hombre a manos de otro hombre. Igualmente, llama la atención sobre «el clima de pasividad ante esta dolorosa situación» que considera reprobable y expresa la voluntad de la Iglesia de «no dejarse manejar por quienes pretenden de ella lo que no puede ni debe dar. Ella quiere aportar todas sus energías y colaborar con todos los hombres de buena voluntad, por encima de cualquier mirada reducida y partidista, al logro de ese objetivo gra nde, noble y urgente de la pacificación del pueblo vasco».

Lamentan, por último, los obispados de Bilbado y San Sebastián que algunos medios sólo parecen tener en cuenta «voces sueltas de ciertas homilías discrepantes».

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