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Juan Pablo II se retira inesperadamente a Castelgandolfo

Juan Pablo II abandonó Roma por sorpresa a primeras horas de ayer para retirarse, sólo, a Castelgandolfo, la finca veraniega del Papa. Con una nota oficial la oficina de prensa de la Santa Sede declaró que el Papa se había retirado durante dos días a Castelgandolfo para «descansar y rezar» añadiendo que el Pontífice se encontraba particularmente «fatigado»

Se trata de un nuevo gesto sin precedente del actual pontífice. Ninguno de los últimos papas se retiraba a Castelgandolfo fuera de las vacaciones de verano. Como también es una novedad el que una fuente vaticana admita que el Papa «está cansado». En el ritual de los Papas era hasta ahora célebre el axioma: «Los Papas mueren pero no enferman.»Durante estas fiestas Juan Pablo II, además del intenso trabajo que ha desarrollado con las celebraciones litúrgicas y las ininterrumpidas audiencias oceánicas, ha sido el centro de una dura polémica que ha monopolizado estos días las primeras páginas de actualidad. Se trata de la campaña contra el aborto, el divorcio y los anticonceptivos que se había desencadenado en la Iglesia itahana y en la Iglesia polaca.

Las palabras del Papa, que había hablado incluso de médicos católicos en Italia «torturados» por ser fieles a la objeción de conciencia contra el aborto, habían hecho reaccionar duramente al mundo laico, que consideró las intervenciones pontificias como una injerencia indebida en los asuntos del Estado italiano. Las palabras del Papa, que habían seguido a una declaración de guerra del cardenal Benelli contra la actual ley italiana sobre el Aborto, pusieron en alarma al mundo político. Se llegó a temer una cruzada católica con la apertura de un referéndum contra la ley del Parlamento.

Después de tres días de silencio la Democracia Cristiana, que se encontró entre la espada y la pared, respondió ayer con una declaración del presidente del Congreso, Flaminio Piccoli, en nombre del partido. Según la Democracia Cristiana, hay que respetar la libertad del Papa para pronunciarse contra el aborto en el campo moral, mientras al mismo tiempo las fuerzas políticas «deben respetar las leyes del Estado sancionadas por la mayoría». Este gesto de un partido que perdió en el Parlamento la batalla contra el aborto y contra el divorcio ha sido muy apreciado por las fuerzas laicas, que lo han interpretado como un deseo de respetar el juego democrático y de mantener diferenriadas las dos esferas: la religiosa y la civil.

Por su parte, el Papa, en un nuevo discurso, respondió el miércoles indirectamente a los ataques del mundo laico recordando que él había hablado para todo el mundo y no sólo para Italia, que lo hacía desde un punto de vista «moral» y no «político» y no nombró ni la excomunión ni el referéndum contra la ley italiana.

Pero al mismo tiempo Juan Pablo II pronunció una frase que ha hecho pensar que la polémica todavía no se ha zanjado y que aún podrá continuar. Según el Papa, «lo que se llama eufemísticamente interrupción de la maternidad no puede ser valorado con otras categorías humanas que no sean las de la ley moral y la conciencia».

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