Cinco militares en activo han muerto en atentados de ETA
El atentado que ha costado la vida ayer al general Ortín Gil hace el número cuatro de los sufridos por mandos del Ejército desde el comienzo de la etapa constitucional con un balance total de cinco víctimas. El 21 de julio pasado, día de la aprobación por el Congreso del texto constitucional, fueron asesinados a tiros en Madrid el general de brigada Juan Sánchez Ramos-Izquierdo y su ayudante, teniente coronel José Antonio Pérez Rodríguez. El atentado, reivindicado más adelante por ETA militar, conmocionó la vida política española. Las reacciones militares tuvieron desde el principio un tono de serena indignación y disciplina. Así, el mismo día 21 por la noche, el general Gutiérrez Mellado se dirigió al país declarando la intención firmísima de las Fuerzas Armadas de no caer en la provocación que implicaban los hechos; insistió en la necesidad de que tan trágicos sucesos no pudieran ser instrumentalizados por ningún grupo, y afirmó que tales hechos intentaban sin duda «lograr que el Gobierno y las fuerzas políticas pierdan los nervios..., que las Fuerzas Armadas duden».El mismo espíritu rigurosamente militar y religioso presidió el funeral celebrado el día siguiente en el patio del Cuartel General del Ejército, que fue presidido por el ministro de Defensa, general Gutiérrez Mellado. El día 30 dejulio, la Junta de Jefes de Estado Mayor hizo pública una nota oficial en la que manifestaba que ningún acto terrorista desviaría a las fuerzas armadas del cumplimiento de su deber, bajo el mandato del Rey y las directrices del Gobierno.
El 3 de octubre murió asesinado, de un disparo en la sien, en la puerta de su domicilio de Bilbao, el capitán de corbeta Francisco Liesa Morete, segundo jefe de la Comandancia de Marina de dicha ciudad. El almirante Gamboa declaró en el Pleno del Senado poco después de ser informado del atentado: «No es precisamente matando al segundo comandante de Marina como se consigue la autonomía del puerto de Bilbao.» De acuerdo con órdenes estrictas recibidas de Madrid, el acceso a la capilla ardiente estuvo restringido a miembros de las Fuerzas Armadas y autoridades. Con las mismas limitaciones se celebró al día siguiente del atentado una misa de cuerpo presente en el patio de la comandancia.
Finalmente, el pasado 1 de enero fue asesinado el comandante del ejército José Matía Herrera Hernández, en San Sebastián. Era ayudante del gobernador militar Guipúzcoa y murió ametrallado dentro del coche oficial que le iba a coger a su casa. Los funerales, se celebraron en la mañana de ayer en catedral del Buen Pastor de San Sebastián, en medio de grandes perdidas de seguridad. El capellán castrense que dirigía el acto pidió a los presentes que no se politizase el acto, por expreso deseo de la familia.
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