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Israel busca nuevas y seguras fuentes de abastecimiento de petróleo

Cuando se evocan las dificultades que bloquean las conversaciones egipcio-israelíes, generalmente se, olvida un problema que, sin embargo, se encuentra también en el centro de las crisis de las negociaciones: el petróleo. El petróleo que Israel saca de la península del Sinaí, territorio que tiene que devolver a Egipto, cubre cerca del 20% de sus necesidades. El resto tiene que importarlo.

Hasta ahora la cuestión, del petróleo era un tema tabú, sometido a censura militar. Sin embargo, a raíz de la crisis de Irán, país que suministra a Israel el 60% del crudo, ha quedado roto este silencio y se, habla ahora de que Israel necesita diversificar la procedencia de sus importaciones.El problema del petróleo y su incidencia en las negociaciones con Egipto, sólo ha sido tratado hasta ahora con suma discreción y como de pasada. Desde el nacimiento del Estado hebreo, cualquier información referente al tema del petróleo estaba sometida, incluso, a la censura militar y la menor mención al abastecimiento de crudos era eliminada de las columnas de la prensa hebrea.

Todos los Gobiernos de Israel, incluido el actual que preside Menahem Begin, vigilaron escrupulosamente el cumplimiento de esta prohibición.

Sin embargo, ahora, el velo que cubría el secreto ha sido bruscamente levantado y los dirigentes israelíes, concretamente el ministro de la Energía, Itzhak Modayi; el director general de la Compañía Israelí de Petróleo, Eliezer Barak, y otras personalidades, se han hecho extrañamente locuaces ante los periodistas.

Mar del Norte y América Latina

De esta manera, sabe Israel ahora por primera vez, de fuentes israelíes, que las necesidades petroleras de este país se cifran alrededor de los doce millones de toneladas anuales, que los pozos de petróleo explotados en la península del Sinaí cubren entre el 15 y el 20% de las necesidades de la nación. «En el transcurso de los últimos dieciséis años Israel ha tenido que comprar su petróleo en los países clásicos. Así Irán suministra el 60% del crudo necesario en Israel. Pero desde hace dieciocho meses hemos empezado a diversificar nuestras fuentes de aprovisionamiento.» Estas son declaraciones del ministro de Energía, Modayi, al diario hebreo Haaretz.

Modayi añade:. «Hemos reducido nuestras compras a las grandes compañías de petróleo e iniciado negociaciones con los países productores del mar del Norte y América Latina... Nuestro problema primordial es asegurarnos el abastecimiento de petróleo cualesquiera que sean las circunstancias, incluidas crisis o guerras.»

Modayi reconoce que estas nuevas fuentes de abastecimiento encierran un problema: «Algunos de estos nuevos proveedores, por ejemplo México, están muy lejos de Israel. Esto es peligroso, ya que durante la segunda guerra mundial. Gran Bretaña se vio privada del 90% de su petróleo a causa del bloqueo naval nazi... Es necesario, entonces, diversificar y acercar a nuestras fronteras las fuentes de aprovisionamiento».

La razón de que repentinamente se hayan desencadenado declaraciones oficiales sobre este tema, no hay que buscarla demasiado lejos: los acontecimientos de Irán han puesto en peligro la principal fuente de abastecimiento de petróleo de Israel.

Los israelíes están convencidos de que la caída del sha afectará directamente a las entregas de petróleo procedentes de este país. «Cualquiera que sea la naturaleza del régimen que suceda al sha, sean los musulmanes quienes accedan al poder, la izquierda marxistizante o una mezcla de ambos, el nuevo régimen será mucho más antiisraelí que nunca y cederá con mayor facilidad que el sha a las presiones árabes para que cesen los suministros de petróleo a Israel», se afirma en Jerusalén.

De esto se desprende la creciente importancia para la economía de Israel del petróleo que se extrae de la península del Sinaí.

Dependencia del petróleo del Sinaí

A este respecto, Israel exige garantías a Egipto de que esta fuente de petróleo no se agotará una vez que sus tropas evacuen la península del Sinaí.

Los pozos del Sinaí, próximos a Israel y que satisfacen ya cerca del 20% de las necesidades del país, están subexplotados en la actualidad y podrían proporcionar al Estado judío el 50% de sus necesidades en los próximos quince años, según afirma el ministro israelí de Energía.

Por otro lado, Jerusalén considera que este tema del petróleo del Sinaí constituye un test de la buena o mala voluntad de Egipto en las negociaciones y de las intenciones verdaderas del presidente Anuar El Sadat con relación a la coexistencia pacífica con el Estado hebreo.

Ahora bien, en las conversaciones de Camp David -por olvido u omisión deliberada- el tema del petróleo no fue ni siquiera abordado. Desde entonces han tenido lugar conversaciones discretas sobre el tema entre egipcios e israelíes.

Hasta ahora, los egipcios se han mostrado recalcitrantes. Han rechazado los «derechos ligados al descubrimiento y desarrollo de los yacimientos» que aduce Jerusalén. De hecho Egipto reclama «indemnizaciones» por el petróleo extraído por los israelíes «¡legalmente, en un territorio ocupado militarmente y sin el permiso de los propietarios de los terrenos», según afirma El Cairo. Por lo mismo, los egipcios acaban de rechazar una propuesta israelí para que quede garantizado al Estado hebreo una venta mínima de 1,5 millones de toneladas anuales.

Lo máximo que los egipcios están dispuestos a conceder es vender petróleo a Israel en las mismas condiciones que a cualquier otro cliente.

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