La ignorancia y el marxismo
Con relación a la carta del señor Guerrero, de CCOO, publicada en EL PAIS el pasado día 22, me creo en el derecho y con el deber de señalar los siguientes extremos:
1. Celebro que CCOO no insista en refutar mi tesis sobre el procedente despido de los profesores que atenten al proyecto ideológico y educativo del centro docente donde trabajan. Este era y es el único punto relevante de nuestra discusión. Lo demás, la algarada, la injuria y el argumento ad personam no me interesa, y CCOO puede estar segura de quedar encima.
2. Sí me interesa, en cambio, denunciar las graves inexactitudes que CCOO desliza en su vociferante comunicado y que pueden inducir a error a los lectores. Por ejemplo, tildar de «franquista» al Código Civil de 1889, que yo citaba como fundamento legal del deber de «buena fe», es un tremendo disparate. Considerar, como hace CCOO, que el deber de «fidelidad» del trabajador a la empresa es una categoría anticuada, resulta una perfecta sandez, porque así lo dice el sentido común y en el derecho comparado lo consagran expresamente en relación con el despido legislaciones tan actuales como la francesa de 19 de febrero de 1958, la británica, de 1963, la suiza de 1971 y la alemana de 1951.
3. Lo que sí es exclusivamente franquista es la total rigidez de plantillas y la consiguiente imposibilidad de despido. No existe en el resto de Europa occidental.
4. Marx, en una famosa entrevista con el sastre-maestro Weitling, afirmaba: «A nadie, hasta hoy, ha sido de provecho la ignorancia.» Confío que en su acelerado proceso de revisión CCOO no haya prescindido también de esta tesis fundamental.
Diputado a Cortes por UCD
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