Libia apoya a Argelia frente a Marruecos
Libia ha manifestado su preocupación por la nueva crisis abierta entre Argelia y Marruecos y ha enviado a la capital argelina al jefe de sus fuerzas armadas, el general Abu Bakr Jaber, quien llegó ayer aquí para proceder a consultas con los altos responsables del régimen argelino. Esta visita se interpreta como un apoyo implícito de Trípoli al Consejo de la Revolución argelina, después de que en la capital libia se proclamara que los trabajos de su instancia suprema, el Congreso General del Pueblo, han sido acelerados «en razón de las provocaciones de que es objeto Argelia».
La llegada a Argel del general libio Abu Bakr se encuentra directamente relacionada con el último incidente en la crisis argelino-marroquí, relativo a la detención de los que se califican aquí como «seis agentes a sueldo de los servicios especiales marroquíes» y de un alijo de armas lanzado por un avión militar marroquí, que habría procedido de la base de Kenitra.
El régimen argelino ha responsabilizado al coronel marroquí Ahmed Dlimi de ser el organizador de esta operación, mientras en todo el país siguen celebrándose actos públicos en los que se condenan las «intrigas» del rey Hassan II de Marruecos y se reafirma la voluntad de defender a toda costa la revolución socialista.
Las autoridades marroquíes han desmentido toda participación en el incidente y dado a entender que podría ser un montaje, pero los dirigentes argelinos estiman que estas alegaciones se han desmoronado a través de los propios testimonios de los corresponsales extranjeros acreditados aquí, a los que se presentaron las armas capturadas y se les llevó al lugar en que fueron lanzadas por un avión Hércules C-130 marroquí, según las acusaciones argelinas.
También Arafat
El líder palestino Yasser Arafat ha expresado también su apoyo a Argelia y ha condenado implícitamente a Marruecos en una declaración en la que se muestra solidario con los «principios socialistas ,árabes de la revolución argelina». En apariencia, el Consejo de la Revolución va a movilizar todas sus energías para obtener nuevas muestras de solidaridad de las capitales árabes, y no se descarta aquí que, como hiciera el Gobierno de Benin, al abortar una invasión de supuestos mercenarios en 1976, la propia OUA reciba un completo informe sobre el incidente, del cual todavía no se habría revelado aquí más que una parte, según la opinión de medios diplomáticos occidentales.
