Garantías de un Estado de derecho para los delincuentes juveniles
Acaban de celebrarse en Barcelona las Primeras Jornadas sobre la Prevención y Tratamiento de la Delincuencia Juvenil en Cataluña, que durante cuatro días han reunido a un centenar de profesionales relacionados con la problemática de la delincuencia juvenil. Fueron organizadas por el Grupo de Investigaciones sobre Delincuencia Juvenil, entidad vinculada a la facultad de Filosofía y Ciencia de la Educación de la Universidad de Barcelona.Entre las conclusiones aprobadas por los participantes en las jornadas destaca la propuesta de «crear un centro de investigación y formación criminológica que dependa de la Generalidad y que potencie la investigación, prevención y formación de profesionales en el campo de la delincuencia juvenil». Asimismo, las conclusiones insisten en la urgente necesidad de establecer medidas preventivas contra la delincuencia juvenil mediante la coordinación de todas las instituciones que se preocupan por este tema. En el terreno jurídico-procesal, las conclusiones se definen por la necesidad de «dotar a los delincuentes juveniles de las garantías de un Estado de derecho», así como por la fijación de la mayoría de edad penal en los dieciocho años de edad.
El psicoanalista Ramón Basolls y la psicóloga Laura Canet analizaron los aspectos psicosociológicos de la delincuencia juvenil. Su ponencia se refirió al tema de los precondicionamientos delictivos, situando el comportamiento del menor delincuente en tres etapas. «La primera etapa de una carrera desviada -se dice en la ponencia- consiste en realizar una acción que viola una cierta norma. » Al proceso ulterior se refirieron los ponentes colmo «una etiquetación social que determina un cambio drástico en la identidad pública del individuo, llevándole a un nuevo status. Por último, el proceso del individuo ya «etiquetado socialmente» le conduce, según la mencionada ponencia a «formar parte de un grupo desviado, en ausencia de otras posibilidades, aceptando su participación, momento en que el sujeto entra en una grave crisis de identidad».
Cabe destacar, dentro de las distintas ponencias aportadas a las jornadas sobre delincuencia juvenil, una intervención anónima, a cargo de miembros del Cuerpo General de Policía, que se refirió al «Control policial sobre la delincuencia juvenil». En la ponencia se expresó que «cuando un fenómeno social molesto hace su aparición en el seno de una sociedad, reflejando las consecuencias de la injusticia social con que esta comunidad se rige, ésta tiende a reprimirlo procurando circunscribirlo a unos ámbitos limitados y que le permitan vivir en paz consigo mismo». En la ponencia se hizo también referencia a la incapacidad policial para hacer frente al delincuente juvenil de una forma apropiada. «Si bien es cierto -afirma- que en la policía existen personas que no desean modificar su actuación, también lo es que otros muchos, aun queriendo, poco o nada podemos hacer para mejorar el planteamiento sobre los delincuentes juveniles con las estructuras vigentes.»
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