Rechazadas las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos del Estado para 1979
Las seis enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 1979 -dos de José Ramón Lasuén y una por cada uno de los grupos Socialista, Comunista y PNV- fueron rechazadas anoche por la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, en una sesión calificada por el socialista Enrique Barón como «votación de investidura en pequeñito». El resultado de la votación, que se celebró pasadas las diez de la noche, fue de dieciocho votos contrarios a las enmiendas (UCD, Minoría Catalana y Grupo Mixto), dieciséis a favor (socialistas, comunistas y PNV) y dos abstenciones (AP).
La sesión de la Comisión de Presupuestos, presidida por el diputado de UCD Jaime Garcia Añoveros, se inició con la aprobación por unanimidad de un crédito extraordinario superior a los 340 millones de pesetas para reconstrucción de los centros penitenciarios, con ocasión de los daños sufridos como consecuencia de los motines de 1977. Seguidamente se debatió la enmienda a la totalidad sobre el crédito extraordinario de 1.685 millones de pesetas a la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT), y se designó la ponencia que informará este proyecto de ley.
Lasuén: "Pérdida de tiempo"
El debate de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 1979 -cuyo importe es de 1.594.782.000.000 de pesetas- se inició con la defensa por parte de José Ramón Lasuén (ex diputado de UCD, pasado actualmente al Grupo Mixto) de sus dos enmiendas. El señor Lasuén pidió la devolución al Gobierno de los Presupuestos, por carecer de una descripción previa y completa de los objetivos de la política económica. El debate de los Presupuestos, sin discusión en profundidad de tales objetivos, lo consideró una «pérdida de tiempo».
El señor Lasuén criticó también el principio básico que informa el Presupuesto, que no es otro que el incremento del gasto en consumo público y privado mediante el incremento de la presión fiscal con efectos contraproducentes -según dijo- sobre la cifra de empleo. Añadió, que con este Presupuesto no se soluciona el problema preferente del país, que es el paro y que, en opinión del señor Lasuén, sólo puede arreglarse mediante el aumento de la inversión, que -según dijo- ha caído desde el 27% del producto interior bruto al 23% y posiblemente alcance al 22%.
Tamames: "Carencia de programa económico"
Por el Grupo Comunista, Ramón Tamames defendió también la devolución de los Presupuestos al Gobierno y basó esta propuesta en los siguientes argumentos: la carencia de un programa económico previo bien definido; la falta de información concreta sobre creación de puestos de trabajo en 1979, que el Gobierno viene prometiendo situar entre 100.000 y 150.000 cuando las entradas netas de nueva población activa pueden calcularse entre 225.000 y 250.000 personas; insuficiente incremento de la presión fiscal para 1979 que los comunistas considerarían necesario aumentar en 0,9 puntos del producto interior bruto; la insuficiencia del esfuerzo del sector público en materia de inversión. «Si el sector privado no se anima -dijo el señor Tamames- es indudable que el Estado debe tomar una mayor iniciativa.»
El diputado comunista criticó también la oscuridad del presupuesto de la Seguridad Social aun reconociendo las última mejoras, e igual crítica aplicó a los gastos fiscales, enunciados de forma todavía excesivamente general. Señaló también la disminución del esfuerzo en materia de educación en comparación con 1978, y aludió al «panorama dramático» en lo que se refiere al relanzamiento de la construcción de viviendas. Asimismo aludió la regresión en materia de desarrollo agrario,
Barón: deben responder a un calendario político
El diputado socialista Enrique Barón, tras recordar que la sesión parecía un anticipo de la votación de investidura, ironizó sobre las jornadas de reflexión y penitencia convocadas por el señor Abril, así como a la tendencia general de todos los Gabinetes de Adolfo Suárez a considerar que las cuestiones económicas son temas secundarios, de intendencia. Frente a esa actitud destacó la única posición positiva de lucha contra la crisis económica, protagonizada por los sindicatos de clase, en contraste ahora con un presupuesto restrictivo para 1979, incapaz de solucionar el más grave problema, el paro, mientras permanece congelada una proposición de ley socialista para su remedio.
El señor Barón recordó que el PSOE presentó una alternativa socialista a los Presupuestos, a la que no se quiso hacer caso, en la que figuraba un mayor y un mejor gasto y que comenzaba con el incremento de las retribuciones a los trabajadores de la Administración Pública. Consideró también necesario que los presupuestos respondan a un calendario político definido.
Rovira "versus" Fernández Ordóñez
Por el PNV, Josu Elorriaga criticó exclusivamente la cuantía insuficiente de 2.000 millones de pesetas para los entes preautonómicos.
En contra de las enmiendas a la totalidad se pronunció, en nombre de UCD, Juan Rovira, en una intervención que fue calificada desde los escaños socialistas como significativa de la victoria de Fernando Abril sobre Francisco Fernández Ordóñez en la polémica que, dentro del Gobierno, les había enfrentado recientemente sobre los Presupuestos. En principio, el señor Rovira consideró que constituía una exageración hablar de la investidura en relación con el tema presupuestario.
Destacó los aspectos positivos de los Presupuestos, y entre ellos el hecho de que en el bienio 1978-79, los servicios de carácter social resulten aumentados en cuatro puntos y medio, mientras que en 1976-77 sólo aumentaron en un punto. Asimismo señaló que la inversión va a crecer en un 18%, hecho insólito, según dijo. Manifestó que la presión fiscal aumentará, aunque menos que el año pasado, en un propósito de gradualizar la reforma e impedir que se imponga de forma brusca.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.