El alto índice de abstención, valorado distintamente por Ios partidos, no ha sorprendido

Las mismas cifras combinadas de distintas maneras, son enarboladas por las distintas fuerzas políticas vascas para demostrar tesis tan contradictorias como que Euskadi ha rechazado la Constitución y debe por tanto reiniciarse todo el proceso estatutario (Herri Batasuna), o que «el si ha triunfado en Euskadi, aunque debe evitarse cualquier valoración triunfalista» (PCE). Paralelamente, casi todos los partidos piensan que los resultados confirman sus previsiones y estiman decisiva su participación en los resultados.

Así, la coalición Herri Batasuna considera que la diferencia entre los votos cosechados por el PNV el 15 de junio de 1977 -en que una parte de la izquierda abertzale se abstuvo- y las abstenciones registradas en el referéndum, debe en gran parte atribuirse a la influencia de esta última corriente. «Los mayoritarios han dejado de serlo en Euskadi», dijo Txomín Ziluaga, secretario general de HASI, en una rueda de prensa convocadas ayer en Bilbao. Para añadir: « Si este fuera un régimen democrático, habría que nombrar un Gobierno provisional vasco que convocase nuevas elecciones, porque está demostrado que el 15 de junio ya no sirve como baremo. »Para UCD, por el contrario, la abstención política no debe estimarse superior al 25 %, ya que «un 33 % debe estimarse como abstención técnica o natural, igual que en toda España». El PC de Euskadi utiliza el mismo razonamiento, para concluir que «el PN V ha conseguido un porcentaje en tomo al 19 %». Respecto al voto no, en opinión del PC habría que desglosarlo entre un 8 % atribuible a la extrema derecha y un 6 % -sobre el total del censo atribuible a la corriente independentista.

El PNV considera satisfactorios los resultados; su lectura de los mismos se sintetiza en la conclusión de que « hay un 61,54 % de vascos que han dicho que esta Constitución no es la suya".

En opinión del senador nacionalista Manuel de Irujo, la abstención ha sido en Euskadi mayoritariamente política. «Aún admitiendo que un 20 % de los abstencionistas lo hayan hecho por comodidad, opino es evidenite que una mayoría se ha abstenido para mostrar que la Constitución no es suficientemente satisfactoria desde el punto de vista de los derechos vascos.»

Manuel de Irujo ha considerado «no comparable la abstención del día 6 con la registrada en la provincia de Alava en el plebiscito celebrado el 5 de noviembre de 1933 en tomo a la aceptación o rechazo del Estatuto vasco. En aquella ocasión el diputado integrista Oriol se opuso a la integración de Alava en el marco del Estatuto vasco, argumentando que un 39 % de la población se había abstenido frente a un 46% que había votado a favor. El líder nacionalista José Antonio de Aguirre se opuso a ese argumento en un pleno celebrado en las Cortes el 5 de abril de 1934, considerando que sólo había que tener en cuenta los votos realmente emátidos. El antecedente histórico fue evocado por Felipe González en su reciente visitáal País Vasco.

Irujo, que dice recordar bien aquel debate, aunque él todavía no era diputado, estima que el sentido de la actuación de Oriol era el de una maniobra obstruccionista por parte de la derecha, y que estas situaciones son muy diferentes, como para pretender compararlas. No obstante, insiste en que la abstención del PNV implica «reconocer que hay mucho de positivo en la Constitución, por lo que de ninguna manera podríamos votar en contra». «Simplemente -añadió- ocurre que nos han negado el agua y el fuego en lo referente a la reintegración foral y nos han forzado a no votar positivamente. Nuestra autoridad y prestigio para desmontar las metralletas hubieran quedado muy mermadas si damos el sí a una Constitución que niega nuestros derechos», concluyó el ex ministro de Justicia de la II República.

El otro tema que está suscitando lecturas contradictorias de los resultados del referéndum es el del Estatuto. Tanto Herri Batasuna como EMK, LKI o ElA opinan que, «tras el rechazo de la Constitución, sería una contradicción elaborar un Estatuto que aceptase ese marco». Herri Batasuna concreta esta posición en la exigencia de congelación de todo el proceso hasta que se celebren elecciones municipales.

Por el contrario, Irujo reafirma la «disposición del PNV, que expresamos antes de conocer los resultados del día 6, de acatar la Constitución,en cualquier caso. Por ello, seguiremos planteando el Estatuto en ese marco, intentando sacar el máximo partido a las posibilidades que abre el artículo 150 en materia autonómica».

De la misma opinión es el comité ejecutivo del PC de Euskadi, para quien,«por encima de las valoraciones respecto al trabajo de la ponencia, los compromisos en torno al Estatuto deben mrntenerse y reforzarse tras la aprobación de la Constitución».

Pero el partido que a nivel de Euskadi se ha mostrado más descorazado ha sido probablemente el PSOE. «No podemos seguir jugando a la abstención perpetua», comentó José Recio, de la ejecutiva vasca, nada más conocerse los primeros resultados. «Ha prevalecido el voto del miedo», opinó, antes de comentar con amargura que «así no construiremos nunca este país». «País -precisó- que no es sólo Vizcaya y Guipúzcoa, sino también Alava y Navarra, aunque algunos parezcan querer ignorarlo.» «Por otra parte -añadió-, los resultados han confirmado algo que nosotros veníamos diciendo hace tiempo a otros partidos de izquierda: que en Euskadi la izquierda abertzale tiene un peso significativo y que el PNV no es simplemente un partido de derechas, sino un partido populista, interclasista, con amplia influencia popular.»