Una prueba para el Papa
«Lo que en Medellín supuso de aliento para la Iglesia y de credibilidad para los pueblos oprimidos y para los grupos más comprometidos con las luchas de liberación ha desaparecido en el documento de Puebla.» Así finalizaba un documento presentado a primeros de junio a la prensa en la sede de «Justicia y Paz» en Madrid. El documento, respaldado con las firmas de veinticinco teólogos españoles, dos obispos -Iniesta y Osés- y numerosos movimientos, comunidades y publicaciones, pretendía ser una denuncia al «documento-consulta» elaborado por el secretariado del CELAM de cara a la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.Desde 1968, fecha de la primera de estas conferencias, hasta el momento actual, muchos son los acontecimientos sociales y políticos que han sacudido el continente americano y todos han encontrado eco en una Iglesia católica que en aquella fecha decidió alinearse con los oprimidos. El secretariado del CELAM de tendencia conservadora, acusado incluso de connivencia con la CIA en la persona del teólogo Roger Vekenians, jesuita asesor de monseñor López Trujillo, trata de compensar la influencia dentro de la conferencia de iglesias tan combativas como la de Brasil, México y Panamá. La asistencia anunciada del Papa contribuye a aumentar el interés en todo el mundo por una conferencia que puede ser un «test» de la línea ideológica y capacidad conciliatoria de Juan Pablo II.
