Triunfo de la oposición en Venezuela
UN POLITICO demócratacristiano, Luis Herrera Campins, de 53 años, profesor de historia y periodista, será el próximo presidente de Venezuela después de haber ganado, casi por sorpresa, las elecciones presidenciales celebradas el domingo. El partido socialcristiano COPEI, que presentó a Herrera, acaba así con cinco años de mandato de los socialdemócratas del partido Acción Democrática, cuyo candidato, Luis Piñerúa, no ha sido capaz de obtener el triunfo, a pesar de que concurrió a los comicios con su partido en el Gobierno y con Carlos Andrés Pérez en la presidencia de la República.La era de Pérez en Venezuela toca a su fin y el mes de marzo el actual presidente, que ha colocado a su país como uno de los líderes del Tercer Mundo, entregará el poder a Herrera Campins, quien, según los observadores, no podrá hacer una política internacional muy diferente de la de su predecesor.
Carlos Andrés Pérez ha sido, en cierto modo, un presidente excepcional, y su fuerte personalidad explica el vacío producido por el mismo en su partido, que no ha podido crear una figura política de talla y prestigio popular que concurriera con éxito por la presidencia. Los observadores destacan la falta de gancho electoral del derrotado Pifierua, un «hombre de partido» elegido por los dirigentes del mismo con la intención de que -en el caso de resultar elegido- hubiera podido ser controlado con más facilidad que Pérez.
Carlos Andrés Pérez formaba parte de la Internacional Socialista, y algunos partidos de la misma, por ejemplo, el PSOE, se han beneficiado en ocasiones de los petrodólares venezolanos. A este respecto cabe pensar que la política de Herrera -integrado en la Internacional Demócratacristiana- seguirá otros derroteros. El actual presidente es también uno de los líderes de la OPEP, pero no parece que el cambio en la jefatura del Estado pueda ser determinante en un giro brusco de posición venezolana en este importante organismo.
Se espera del presidente electo una política exterior menos militante que la de Pérez, aunque él mismo ya ha dicho que continuará defendiendo la actual línea venezolana de rechazo a los regímenes dictatoriales de Latinoamérica. Al mismo tiempo mantendrá las actuales excelentes relaciones con el principal cliente del petróleo venezolano y su primer proveedor de tecnología, Estados Unidos. En definitiva, no es previsible un giro significativo de la política exterior venezolana después del triunfo de la Oposición. Una lucha contra la corrupción política interna y una distribución más racional de los recursos del petróleo son las dos cosas más significativas que esperan los venezolanos del nuevo presidente.
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