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Cuatro millones de italianos evaden la mayor parte de sus impuestos

Juan Arias

Mientras Italia se prepara a entrar en el Sistema Monetario Europeo, con todos los peligros que esto supone para la lira, y mientras el Parlamento y las fuerzas políticas están en vísperas del debate sobre el plan trienal de desarrollo llamado Pandolfi, una noticia ha saltado en primera página de todos los periódicos: cuatro millones de italianos no hacen declaración de rentas. No la han hecho nunca y, lo que es más grave, pueden continuar tranquilos porque es prácticamente imposible que les pesquen. Esta afirmación viene de buena fuente.La ha hecho la Asociación Nacional de Contribuyentes Italianos (ANTI), que es un organismo de estudio e investigación. Según el vicepresidente de ANTI, el cálculo es muy fácil: en Italia deben hacer la declaración de rentas veinte millones. Once millones son de trabajadores a sueldo, y éstos no escapan porque les descuentan ya una parte en el sueldo y además están bien fichados. Quedan nueve millones de trabajadores autónomos o libres profesionales. Pues bien, de éstos, más de cuatro millones no hacen la declaración. Se sabe, por ejemplo, que existen más de dos millones de artesanos, mientras de esta categoría sólo unos 300.000 han declarado rentas.Según algunos observadores económicos esto que sucede en Italia, como un caso único en Europa, se debe en parte a la complicación de la legislación en esta materia.

En Francia, por ejemplo, toda la legislación tributaria está compuesta de cuatrocientos artículos, mientras la italiana tiene 1.400. Se trata de un laberinto difícil incluso para los mismos expertos, que no se ponen de acuerdo entre ellos. Y esto favorece la evasión fiscal. Otro motivo es que la inflación ha hecho injustas ciertas cuotas fiscales. Por ejemplo, de una renta de 800.000 pesetas anuales se pagaban 140.000 pesetas en 1970, es decir, un sexto del total. Pero las 800.000 pesetas de entonces equivalen a dos millones de hoy, mientras los impuestos por estos dos millones son de 500.000 pesetas, es decir, un cuarto del total.

Por otra parte, todo el personal de la Administración está hoy absorbido en la revisión de las viejas prácticas y, por tanto, no tienen tiempo para preocuparse de quiénes no hacen la denuncia. Ultimamente se ha hecho sorteo para descubrir a algunos de estos evasores, pero sólo para los peces gordos y es como una lotería al revés, es decir, muy difícil que toque. Por ejemplo, se hizo un sorteo entre los propietarios de coches de lujo.

Los comunistas han propuesto que los ayuntamientos y las asociaciones de los barrios ayuden a la Administración a descubrir a los evasores, pero las demás fuerzas políticas se han opuesto porque lo consideran peligroso, ya que, podría dar lugar a investigaciones privadas contra el derecho a la libertad de intimidad.

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