"Luz verde" del episcopado a la creación de una gran diócesis vasca con sede en Pamplona

La Conferencia Episcopal ha dado luz verde al proyecto de reestructuración de la provincia eclesiástica de Pamplona, a la que se agregarán las actuales diócesis de San Sebastián, Vitoria y Bilbao; no obstante, dadas las actuales circunstancias políticas y sociales por las que está atravesando el País Vasco, los obispos españoles, según todos los indicios, informarán a la Santa Sede, autoridad de la que debe venir la orden de ejecución de la reestructuración de las dificultades que podría acarrerar tal decisión en momentos corno este, cuando está pendiente todavía en el orden político la anexión definitiva de Navarra a Euskadi y ha arreciado la escalada terrorista de ETA.

El plan de reestructuración de las diócesis vascas, a la que acompañarán también otros planes de remodelación de la diócesis de Jerez de la Frontera, Aragón, Cataluña y Extremadura, es un argumento en contra del insistente rumor de nombramiento del obispo auxiliar de Madrid, monseñor Echarren, como obispo de alguna diócesis vasca. A pesar de que la diócesis de Vitoria está vacante, la de Bilbao está cubierta interinamente y el obispo de San Sebastián ha presentado su renuncia al cargo, presumiblemente estas vacantes permanecerán tal como están hasta la nueva reestructuración.Definitivamente, la Conferencia Episcopal Española, que ayer terminó las sesiones de su XXX Asamblea Plenaria, no ha conseguido llegar a un acuerdo sufliciente como para publicar un texto común sobre el tema central, que se había anunciado para este encuentro, que ha durado toda la semana: Matrimonio y familia. La publicación de este documento, que deberá votarse por correo, ha sido aplazado en algunos meses.

Según interpretaciones de los observadores y especialistas en la mecánica de las conferencias episcopales, el aplazamiento se debe esencialmente a la dificultad del tema en sí mismo y a una cierta tendencia conservadora en temas sociales que se ha detectado últimamente en los obispos españoles.

La única información oficial que se ha podido obtener de la situación en la que ha quedado la discusión sobre el documento se refiere a que sobre algunas de sus partes «más delicadas y candentes», como son los denominados desafíos a la familia y el matrimonio (divorcio, aborto, anticonceptivos, relaciones prematrimoniales), se ha sometido a los obispos un nuevo texto enriquecido con las incorporaciones habidas en el transcurso de la asamblea plenaria.

Otra de las decisiones polémicas de la Conferencia Episcopal ha sido la ratificación por sesenta votos a favor y diez en contra de un documento sobre el referéndum constitucional, emanado de la Permanente hace algunos meses y en el que se dejaba a la libre conciencia del cristiano votar sí o no a la Constitución. Entre los diez votos negativos se encuentran presumiblemente titulares de algunas diócesis como las de Astorga, Burgos, Osma, Tortosa, Tenerife, Orense y Orihuela, que en sus respectivos boletines diocesanos ponen serios reparos al actual proyecto de Constitución. A estos adictos al no a la Constitución hay que añadir el obispo de Cuenca, monseñor Guerra Campos, que no ha acudido a ninguna de las sesiones de la Conferencia Episcopal. Esta actitud, que no es nueva en monseñor Guerra Campos desde hace algunos años, es calificada por los observadores de temas eclesiásticos como una ruptura en la práctica con el Episcopado.