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Posible intervención quirúrgica a la desesperada

Una situación de emergencia en el crítico estado en que se encuentra el presidente Huari Bumedian, puede hacer necesaria, de un instante a otro, una intervención quirúrgica. El equipo de especialistas que lo atiende examina la posibilidad de extraer un coágulo de sangre, radicado en el cerebro, que motiva el prolongado coma del dirigente argelino. El país sigue en calma y el Consejo de la Revolución continúa reunido de forma permanente para hacer frente a cualquier eventualidad mientras se refuerza la tesis de un remozamiento a breve plazo de la dirección política.El presidente Bumedian sufre una rarísima enfermedad de la sangre, que ha puesto en peligro permanente su vida desde el pasado 20 de septiembre, cuando se produjeron los primeros síntomas durante la cumbre árabe de Damasco. EL PAIS pudo comprobar ayer en medios muy cercanos a los especialistas médicos que intentan salvar al jefe del Estado argelino la veracidad de esta información, así como el hecho de que, en la capital soviética, Bumedian recibió un tratamiento que es considerado como «adecuado» por los demás especialistas. La llegada de un especialista británico, probablemente un hematólogo, y de dos alemanes, portadores de un sistema de rayos gamma, parece ratificar ese diagnóstico.

Un «angiograma», procedimiento consistente en fotografiar el sistema circulatorio sanguíneo, permitió ayer descubrir la causa del coma en que se encuentra sumido el presidente de Argelia, desde el pasado viernes: un coágulo de sangre de dimensión no especificada, radicado en el cerebro. Los especialistas estiman que la única posibilidad de sacarlo del coma es intervenir quirúrgicamente, no obstante los graves riesgos que ello entraña.

A la hora de transmitir esta crónica se sabe que el equipo médico, integrado por más de treinta especialistas, realizó los exámenes previos a tal operación, para saber si Bumedian podría soportarla, pero a primeras horas de la tarde de ayer se desistió de llevarla a cabo.

La enfermedad de Bumedian tiene como consecuencia la paralización del proceso de estructuración del partido único, FLN, en la que el dirigente argelino estaba trabajando personalmente. Al igual que en 1965, cuando se produjo el llamado «reajuste histórico», consecutivo al derrocamiento de Ben Bella, el Consejo de la Revolución, organismo integrado por altos mandos militares, ha tomado las riendas del poder, pero las coordenadas actuales son diferentes. El Consejo ha pasado de veintiséis a nueve miembros, incluido el propio Bumedian, entre los que se encuentra Abdelaziz Buteflika, quien tiene el raro privilegio de haber sido, en 1963, el benjamín de los ministros de Asuntos Exteriores de todo el mundo y es ahora uno de los más veteranos en ese puesto.

La acción de Buteflika se sitúa en la línea de los grandes principios del FLN, aunque es calificada de «conservadora» por los partidarios del liberalismo económico a quienes el régimen argelino acusa de obstaculizar la radicalización del proceso político.

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