Decisión del Pacto de Varsovia para impedir el ingreso de España en la Alianza Atlántica
En una declaración oficial publicada ayer en Moscú sobre los dos días de conversaciones efectuadas por los máximos representantes de los países que integran el Pacto de Varsovia, se pide el compromiso formal de la OTAN y del Pacto de Varsovia de no aumentar el número de sus miembros. Esta decisión de los países del Este constituye una medida para impedir la entrada de España en la OTAN.Según puede observarse en el comunicado oficial, los objetivos y los temas tratados en la conferencía no han variado mucho en relación con los de la reunión de Bucarest de 1976. Se insiste en las propuestas soviéticas en materia de desarme y de no recurrir a la guerra,y se ha recordado, las responsabilidades de las cinco potencias nucleares (URSS, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y China) en materia de preservación de la paz y la seguridad, internacionales. Se invita, además, a las grandes potencias a ponerse de acuerdo para reducir los presupuestos militares.
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Termina la "cumbre" del Pacto de Varsovia en Moscú
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Los puntos concretos de las conclusiones se han centrado en una solicitud para limitar las maniobras militares en Europa a unos efectivos que no pasen de 60.000 hombres; proponer la disolución del Pacto de Varsovia en caso de una medida recíproca de la OTAN; continuarlas negociaciones para la reducción de los stocks de armas nucleares «hasta su total eliminación»; señalar la importancia que tiene en estos momentos de tensión la firma de un nuevo acuerdo SALT (reducción de armas estratégicas) e impulsar las conversaciones de Viena para conseguir la disminución de fuerzas armadas en Europa.
En el comunicado del Comité Político del Pacto de Varsovia se señala que la organización «no aspira a la supremacía militar», aunque se esfuerza en asegurar «su capacidad defensiva». Por último, en una alusión aparentemente dirigida a China, se expresa «resueltamente» que el pacto no admite ni admitirá jamás ninguna injerencia en asuntos internos.
El documento condenó también muy violentamente la defensa de los derechos humanos elevada por el presidente Jimmy Carter a categoría política.
Las «peligrosas tendencias» que han ennegrecido el panorama de la política internacional en los dos últimos años, según la resolución del Kremlin, «han sido engendradas por los intentos de los círculos imperialistas para utilizar el problema de los derechos humanos para inmiscuirse en los asuntos internos de los Estados socialistas y atacar al régimen socialista».
El documento señaló que los «problemas del fortalecimiento de la colaboración entre los países socialistas» se resuelven en base a los principios del marxismo-leninismo y de la «solidaridad internacionalista», fórmula que sustituye a la de «internacionalismo proletario».
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