Comienza en Madrid la reunión de la comisión permanente del Episcopado
La comisión permanente del Episcopado español se reúne en Madrid durante los días de hoy y mañana con el objetivo de preparar el pleno de la conferencia episcopal española.Aunque no se ha facilitado información sobre los temas que tratará la comisión permanente en estos dos días de reunión, los observadores señalan que, además de preparar la agenda definitiva del pleno, que se dedicará casi exclusivamente a temas de matrimonio y familia, los obispos analizarán las repercusiones en la opinión pública y en los fieles del documento que sobre el referéndum constitucional hizo público esta comisión el 28 de septiembre.
Previamente al comienzo de esta reunión se han sucedido diversas declaraciones de prelados españoles en tomo a materias que afectan a la convivencia de los españoles y a las leyes que rigen esta convivencia. El arzobispo de Madrid, cardenal Tarancón, afirma que es necesario dignificar el matrimonio, aunque no sea sacramental -el que deben contraer los no creyentes-, porque aun éste tiene una grandeza y una cierta sacralidad por su propia naturaleza. Se pregunta el cardenal Tarancón si los creyentes que tenían fe y eran auténticamente creyentes estaban preparados para saber el significado de este sacramento.
El cardenal Jubany, por su parte, afirma que «en un momento en el que muchas personas reclaman hoy la necesidad del divorcio, arguyen casi exclusivamente a base de la desaparición del amor entre los cónyuges. Cuando pienso en los hijos, fruto del matrimonio, me pregunto: "Estos ¿no tienen nada que decir a todo esto?"»
«El término de la fecundidad matrimonial -prosigue el doctor Jubany- expresa unos seres dotados de cuerpos, inteligencia y voluntad; es decir, unas verdaderas personas humanas. Por eso, la procreación ha de ir seguida de la correspondiente educación, como desarrollo normal y completo de la persona de los hijos. Por esta razón, la educación está situada en el plano de la fecundidad y de tal forma que la familia se convierte en el lugar donde los hijos, en un clima de amor, aprenden la recta jerarquía de los.valores éticos de la vida humana.»
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