_
_
_
_

"El Ejército no tiene por qué intervenir en el País Vasco"

«El Ejército no tiene por qué intervenir en el País Vasco, o en el Valenciano, o en el Castellano-Manchego, salvo que, dados los supuestos constitucionales, el Gobierno lo considerase necesario», afirma el vicepresidente del Gobierno y ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, en una extensa entrevista que publica en su último número la revista militar Reconquista. Estas son algunas de las preguntas y respuestas contenidas en la conversación:

«Cuando le pregunto al general Gutiérrez Mellado si está bien informado respecto a cierto malestar que existe entre las Fuerzas Armadas por algunas decisiones que se toman en el Ministerio de Defensa, contesta sin el menor resentimiento, con total naturalidad, y casi diría que con cierta humildad: «No sólo estoy bien informado, sino que estoy seguro de que en el Ejército algunos están en contra de mi actuación. Y comprendo la crítica constructiva como comprendo que a muchas personas no les parezcan bien las decisiones que se toman en un puesto como el mío.»-¿Cuáles han sido los peores momentos desde que está usted en el mando?

-Todos aquellos en los que, por unas u otras razones, se ha puesto en peligro la unidad del Ejército y se ha incitado a su división.

-¿Por qué se le acusa con tanta insistencia de que es usted masón?

-Quizá porque les divierte... Lo que no me explico es como les he logrado engañar hasta los 66 años. Y ahora en serio. Mire usted, yo he sido, soy y será católico, aunque con las debilidades propias de todo ser humano. Beber no bebo porque me duele la cabeza, pero no critico a los bebedores. Sería tan positivo para España que, en vez de dedicarse la gente a criticar, se dedicase a construir y a unir en vez de a separar...

-¿Es usted antimarxista?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

-Yo no soy marxista y no lo seré nunca, entre otras razones por mi acendrado sentido religioso de la vida y por mi profundo respeto a la libertad y a la alegría de vivir.

-La gente se pregunta, general, a la vista de tanto asesinato y tanto atentado y tanto muerto de las fuerzas de orden público que, ¿hasta cuándo va a esperar el Ejército para reaccionar e intervenir en este asunto del País, Vasco?

-El Ejército no tiene por qué intervenir en el País Vasco, o en el Valenciano, o en el Castellano-Manchego, sino porque, dados los supuestos constitucionales, el Gobierno lo considerase necesario. Es una acción de grupos terroristas contra los cuales debe actuarse selectivamente. Creo que ha sido evidente, por otra parte, el resultado nulo que han dado los estados de excepción. Pero, desde luego, si la opinión pública e incluso la fuerzas de orden público se dejasen llevar por la idea, que alienta una propaganda malévola, de que al Gobierno no le importa lo que sucede y permanece pasivo ante semejante problema, entonces es cuando verdaderamente se le está haciendo un favor a ETA.

-¿Teme usted que miembros de las Fuerzas Armadas vuelvan a ser el blanco de acciones terroristas?

Todos los que llevamos uniforme, empezando por mí mismo, como ya lo he dicho públicamente, estamos expuestos, a que nos elijan para ese blanco, de la misma manera que lo están siendo otras personas no pertenecientes al estamento militar, así como otros organismos públicos y privados del país, sin que por ello la vida de la nación se paralice, que es el fin que persiguen.

-General Gutiérrez Mellado, ¿qué opina usted de ese eslogan que con tanta insistencia manejan algunos grupos de: «El Ejército al poder»?

-Que eso sólo pueden decirlo cuatro locos. Un golpe de Estado ahora seria la catástrofe. Hay 36 millones de españoles que han dicho claramente lo que quieren, que es paz y convivencia y no quieren que por nada del mundo vuelva a haber una guerra civil.

Es absolutamente necesario que no haya ya más «dos Españas»; ni que nadie se encuentre «vencido» por otro español en una guerra; y éste sería, lamentablemente, el resultado a que estaríamos abocados, si de nuevo cogemos las armas para dirimir nuestras legítimas diferencias.

-¿Está usted muy compenetrado con el presidente Suárez?

-Sí, porque creo en lo que dice y en lo que hace. Si no creyese ya me habría ido, y además, por todos los malos ratos que hemos pasado juntos.

-¿Cuál es su criterio personal respectoal término «nacionalidades» introducido en la Constitución, dado que parece que el mismo ha caído francamente mal entre el Ejército?

-Es un tema político más que militar y, efectivamente, es un término que ha levantado muchas suspicacias y preocupaciones. Pero si a lo que se teme es a un contenido equivoco del término y no al término en sí, lo que puedo decir es que si hubiera algún peligro de separatismo, en su momento daríamos la batalla. Con nacionalidades o sin ellas, nunca se romperá la unidad de España.

-¿Sospecha usted que puede darse algún tipo de conspiración entre los militares?

-Debe ser divertido jugar a las conspiraciones, sobre todo con un güisqui en la mano o en un buen restaurante. Tal vez haya personas aficionadas a resolver los problemas alrededor de una «mesa de café». Pero, sinceramente, creo que ningún militar digno de tal nombre piensa en acciones de este tipo, y si hubiera alguno, estoy seguro de que estará localizado en su verdadera dimensión, y no resulta difícil ver que son ambiciones personales las que juegan en estos intentos por delante de los intereses de la nación. Por otra parte, carecerían en absoluto de un apoyo serio para una acción que sería repudiada por toda España.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_