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La "cumbre" de Bagdad concluyó sin medidas concretas contra Egipto

Egipto será sancionado política y económicamente por el resto de los países árabes en el caso de que el régimen de Anuar el Sadat firme un tratado de paz separada o con Israel. Tal es el fondo de las decisiones adoptadas en Bagdad el pasado fin de semana por los veintiún miembros de la Liga Arabe, al margen de una declaración de carácter general en la que se reafirma la importancia de los principios de la causa palestina y se rechazan los acuerdos de Camp David. No se ha adoptado, sin embargo, ninguna medida concreta para boicotear a Egipto.

El dirigente palestino, Yasser Arafat, señaló que las resoluciones secretas aprobadas en la capital iraquí se aplicarán en caso de paz separada entre Jerusalén y El Cairo, mientras el Gobierno egipcio reafirmó que ese no es el propósito de las conversaciones que tienen lugar en Estados Unidos.Tras la bofetada moral infligida por Sadat a los participantes en la cumbre de Bagdad, en las últimas veinticuatro horas se ha producido una descrispación por ambas partes, con la intención evidente de no responsabilizarse de la cada vez más probable ruptura de las filas árabes. Por parte egipcia, el primer ministro, Mustafá Khalil, declaró ayer que la delegación de ese país encargada de refrendar los acuerdos de Camp David tiene la misión de reiterar ante norteamericanos e israelíes que un acuerdo de paz separada no podrá ser firmado jamás por Egipto si Israel ignora la situación legal de los palestinos en Cisjordania y el corredor de Gaza.

Esta alegación no ha convencido a los participantes de la cumbre de Bagdad, donde prevaleció el sentimiento de que la paz por separado entre Egipto e Israel es inevitable. Pero a instancias del grupo moderado que encabezó Arabia Saudita, la declaración final no contiene ninguna medida práctica de boicot a Egipto y se limita a enunciar los principios generales que deben regir al mundo árabe en lucha contra la «opresión sionista».

El citado documento señala que la causa palestina concierne a todos los árabes y califica a Israel de «peligro militar, político y económico contra la civilización árabe».

Los acuerdos de Camp David «no conducen a una paz justa para los árabes», agrega la declaración de Bagdad y, en consecuencia, son rechazados en sus implicaciones políticas, económicas y jurídicas.

Sobre las características de las resoluciones secretas se sabe que conciernen al boicot de Egipto en el caso de que firme una paz separada con Israel, la transferencia a Túnez de la sede de la Liga Arabe y la creación de un fondo de ayuda evaluado en 3.500 millones de dólares y financiado por Arabia Saudita (mil millones), Kuwait y Libia (550 millones cada uno), Emiratos Arabes Unidos y Gatar (250 millones cada uno). Estas resoluciones serían objeto de examen por parte de los ministros de Finanzas y Asuntos Exteriores, quienes se reunirían inmediatamente después de la firma del tratado de paz egipcio-israelí.

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Otro de los aspectos destacables de esta cumbre es el de la reconciliación entre la OLP e Irak, que a comienzos de este año se enfrentaron en una sangrienta guerra subterránea con varios atentados terroristas en Europa, Bagdad y Beirut.

Según un portavoz de la OLP, la reconciliación se consumó el domingo, tras una entrevista de dos horas entre Arafat y el vicepresidente iraquí, Saddan Hussein.

Irak y la OLP también formarán parte de un comité para coordinar el «esfuerzo militar común» del mundo árabe, del que, además, participarán Siria y Jordania. La presencia de Jordania en este grupo es interpretada como un nuevo intento moderador por parte de Amman. Ayer, el rey Hussein viajó a Bonn con el fin de explicar la posición definitiva de su país.

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