La "cumbre" árabe de Bagdad, sin grandes esperanzas de unidad

La reunión ministerial preparatoria de la cumbre árabe de Bagdad ha decidido crear un comité político, integrado por Túnez, Irak, Siria, Jordania, Kuwait y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), encargado de coordinar los diferentes documentos destinados a reforzar política, económica y militarmente los países árabes de la línea fronteriza con Israel. Arabia Saudita puso todo su peso en los debates y señaló que aunque los acuerdos de Camp David no son aceptables para la paz, de nada sirve incriminar a Sadat.La conferencia de ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Árabe aplazó hasta mañana sus debates tras haberse dado lectura a las propuestas sometidas por Irak, Jordania, Kuwait y la OLP. El comité político deberá tener en cuenta los elementos de dichos textos v preparar un único documento de trabajo susceptible de ser aprobado en la ulterior reunión de jefes de Estado.

Con la excepción de la OLP, que ha preconizado el establecimiento de una «alianza estratégica» entre los Estados de la «Iínea del frente» con Israel y la ruptura de relaciones con El Cairo, los demás documentos presentados por los ministros iraquí, kuwaití y jordano son de corte moderado y no cierran definitivamente la puerta a un eventual retorno de Sadat a las filas árabes. Irak ha sugerido que un fondo anual de 9.000 millones de dólares sea ofrecido a Egipto si este reconsidera su postura.

Siria estima oportuna la imposición de sanciones políticas y económicas a Egipto, apoyándose en la resolución adoptada en 1950 por la Liga Arabe, que preveía la expulsión de este Gobierno a todo país que colaborara con Israel, pero estas alegaciones han sido rebatidas por el ministro saudita príncipe Said el Faisal, quien hizo constar que la cumbre fracasará si se trata de llevar a los participantes a una posición maximalista y, según dijo, «puramente retórica», haciendo alusión implícita al Frente de la Firmeza.

La impresión de los observadores políticos es que los veintiún países representados en Bagdad no se separarán enteramente satisfechos, debido a las diferencias que los dividen, pero al propio tiempo tampoco correrán el riesgo de minimizar los resultados de la conferencia, aunque éstos no se plasmen en el «cordón sanitario» en torno a Eqipto, que reclaman insistentemente las delegaciones más radicales. pero con menor peso político.

Prudencia argelina

La representación argelina, encabezada por Abdelaziz Buteflika, mantiene por el momento una actitud de prudencia sobre la valoración de los textos sometidos al comité político. La idea que predomina en los medios de esta delegación es que no bastará distribuir el fondo anual de 9.000 millones de dólares entre Jordania, Siria y la OLP si a su vez no se establecen compromisos concretos sobre el fortalecimiento de la frontera sirio-Jordana, lo cual implica necesariamente el envío de tropas de otros países árabes.Argelia no parece hacerse demasiadas ilusiones sobre la posibilidad de que el encuentro decida la adopción de sanciones contra Egipto, a lo que se oponen Arabia Saudita y los Estados del golfo arábigo. «Una vez más -ha declarado amargamente un delegado palestino- se verá demostrada la supremacía de los Estados ricos en petrodólares, que, si bien no pueden aprobar públicamente la capitulación de Sadat, tampoco aceptaran excomulgarlo, con lo que se evidencia que una solución duradera de la crisis sigue pasando por Washington.»