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Israel espera firmar el tratado de paz con Egipto el próximo 9 de diciembre en Oslo

El primer ministro israelí, Menahem Begin, declaró ayer que confía en firmar un tratado de paz con Egipto el próximo 9 de diciembre en Oslo. «Tras las conversaciones telefónicas que mantuve hoy (por ayer, martes) con nuestros emisarios en Washington, puedo decir que se superaron obstáculos muy serios y que creo que pronto firmaremos la paz», indicó Begin durante un agasajo que le ofrecieron los diputados del bloque oficialista Likud con motivo de haberle sido concedido el premio Nobel de la Paz, que comparte con el presidente egipcio, Anuar el Sadat.

«El 10 de diciembre -agregó Begin- cuando nos entreguen el premio al presidente Sadat y a mí, podremos decir que lo hemos merecido.»Begin sugirió que la firma del acuerdo se efectuaría en la capital de Noruega, y que a la ceremonia concurrirá el presidente norteamericano, Jimmy Carter.

Ayer volvieron a reunirse en Washington, por primera vez en diez días, los representantes de Egipto, Israel y Estados Unidos, para proseguir las negociaciones.

Begin se trasladará hoy a Nueva York con el propósito de recibir un premio del Consejo de Iglesias de Estados Unidos y de ultimar algunos detalles de las conversaciones. Begin se entrevistará con el secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, pero no será recibido por el presidente Carter, según anunció ayer un portavoz de la Casa Blanca.

Poco antes de anticipar la fecha del 9 de diciembre para la firma del tratado, Begin dijo en Haifa que «no habrá jamás un Estado palestino», y que «las fuerzas israelíes permanecerán en Cisjordania con el fin de defender la patria de todo ataque proveniente del Este».

El primer ministro israelí expresó también que Jerusalén seguirá siendo la capital de Israel, y reivindicó el derecho de sus compatriotas a instalarse en cualquier parte de la eretz Israel (tierra de Israel).

El ministro de Energía, Yitzhak Hamodayi, acaba de enviar, un mensaje al profesor Yuval Neeman, rector de la Universidad de Tel-Aviv. en el que confirma que las instalaciones judías en Cisjordania serán renovadas o reforzadas después de «tres meses de negociaciones con el Gobierno egipcio».

El problema del futuro de los territorios ocupados por Israel se ha constituido en una de las principales dificultades de las conversaciones de Washington. No obstante, fuentes israelíes de la capital norteamericana señalaron ayer su «optimismo» en torno de los «progresos» logrados en las últimas horas por el ministro de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan.

Un corresponsal de radio israelí en Washington informó ayer que un «alto funcionario norteamericano fue aparentemente el responsable del congelamiento de las negociaciones» registrado hace diez días. Según el periodista, ese funcionario exigía que Israel se comprometiese a solucionar la cuestión palestina v a retirarse de Judea y Samaria (Cisjordanla) y del corredor de Gaza.

En su edición de ayer, el matutino independiente Haaretz reveló que el Gobierno norteamericano insiste en que el tratado de paz egipcio-israelí incluya una cláusula según la cual el acuerdo servirá de «modelo» para otros casos.

Las declaraciones optimistas hechas por Begin y Dayan no han tenido ayer como contrapartida, al reanudarse las conversaciones formales, afirmaciones análogas por parte egipcia y norteamericana. George Sherman, portavoz oficial de la reunión, se limitó a repetir, respecto de la decisión israelí de «reforzar» sus colonias en Cisjordania, las palabras de Cyrus Vance sobre el efecto negativo de esa iniciativa en las conversaciones de la Blair House.

Superada en apariencia la crisis provocada por la decisión israelí, los escollos se centran ahora en dos puntos: el de la categoría de las relaciones diplomáticas entre Egipto e Israel, y el del linkage o vinculación entre el tratado de paz bilateral y un acuerdo general para Oriente Próximo.

Los egipcios desean que en el preámbulo del tratado se haga referencia a la futura retirada israelí de Cisjordania y Gaza y a la solución del problema palestino. Israel sostiene, por el contrario, que el acuerdo de paz por separado no tiene relación alguna con el «acuerdo marco» para Oriente Próximo surgido de Camp David. Al mismo tiempo, Jerusalén aspira a que las próximas relaciones diplomáticas egipcio-israelíes se desarrollen a nivel de embajador, mientras El Cairo reclama un nivel más modesto.

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