Eric Clapton, actuaciones en España

Eric Clapton estará en España los días 5 y 6 de noviembre. Sobre esa fecha se editará también su último álbum, Backless.Sería difícil encontrar una guitarra de «rock» comparable a la de este hombre, que nació hace ahora 3,3 años. Hace quince se unió a los Yarbirds, grupo consagrado casi por entero a «blues» (en su primera época) y que Slowhand Clapton abandonaría poco después para buscar una mayor pureza y originalidad, junto a los John Mayall Blues-Breakers. Después de un año con Mayall (que todavía le considera el mejor músico que ha tenido) el ego de Clapton se había hinchado lo suficiente como para formar el más importante grupo inglés de finales de los sesenta: Cream. En sólo dos años Clapton, Bruce (bajo) y Baker (batería) dieron la vuelta a la escena del «rock» inglés, permitiendo que las islas sobrevivieran a la avalancha de, grupos extraños, pasotas y locos que llegaban de la costa oeste de Estados Unidos (Grateful Dead, Quicksilver, Bib Brother an the Holding Co., Jefferson Airplane, etcétera). Cream se despedazó hace casi exactamente diez años (26 de noviembre de 1968), en un concierto memorable que tuvo lugar en el Albert Hall y durante el cual los componentes del trío apenas se miraron durante sus solos. Eran los mejores, o, al menos, eso suponían. Tras el fugaz fantasma de Flind Faith (el supergrupo por excelencia) y las graciosas aventuras con Delaney y Bonnie, Clapton organizó Derek and the Dominoes, que, a su vez, grabó uno de los elepés más redondos de la historia del «rock»: Layla and other assorted lo ve songs.

Tras ello Clapton pasó por una fuerte depresión, complicada con sus intentos por escapar del pico de la aguja.

Tras conseguirlo (mediante acupuntura), Clapton volvió. Ya no era el frío y tímido salvaje de la música brutal de Cream o la desgarrada de Layla. En 461 Ocean Bulevard aparece un Clapton tirado y suave que canta dulcemente a Dylan, Bob Marley en un entorno melódico y acústico, tan diferente de todo lo anterior que casi nadie se empeñó en buscarle antecedentes.

Clapton ha seguido en esta línea de tranquilidad a través de tres elepés más, recogiendo tal vez nuevos seguidores y dejando en los antiguos una cierta nostalgia de pasadas improvisaciones y una cierta esperanza en el próximo disco.

Ese próximo es Backless. Hay dos canciones inéditas de Dylan y Helen Springs (que hace voces en Street Legal), otra también inédita de J. J. Cale, cantada en el mismo estilo que éste, y unas cuantas piezas más de corte reposado. El disco es, como casi todos los últirnos de Clapton, muy agradable, mejor, sin duda, que su último Slowhand y susceptible de buenas versiones en directo.

Las actuaciones de Clapton en España son, al mismo tiempo, el comienzo de su gira europea. El día 5 estará en Madrid y el 6 en Barcelona. La actuación madrileña no tiene todavía un local y se duda entre el Palacio de los Deportes o el Pabellón Polideportivo de Móstoles. Caso de que sea en este último lugar, lo más aconsejable es no ir. La acústica es tan catastrófica, y el lugar tan lejano e incómodo, que las cuatrocientas pesetas que costará son dinero perdido. A no ser que alguíen quiera ver al ídolo, aunque no le escuche. Y aun en ese caso resulta más barata una fotografía.