_
_
_
_
Entrevista:

Fanfani:"Apoyo un acuerdo entre la DC italiana y los socialistas"

Pregunta: ¿Qué piensa de la política actual del Partido Comunista de su país?Respuesta: Ah, no oigo absolutamente nada -ríe-. A veces padezco sorderas terribles.

P.: Si empezamos hablando de Suárez, ¿se le despejará el oído?

R.: Quizás, quizás. Por supuesto, no quiero entrometerme en la política española. Pero sí puedo decirle que, personalmente, admiro los esfuerzos y la capacidad que está demostrando el primer ministro español en la conducción del proceso democrático de este país.

P.: ¿Qué opina del apoyo que la Unión Soviética le ha dado hace unos días al «compromiso histórico» italiano durante la visita de Berlinguer a Moscú?

R.: Vaya, de nuevo me ha entrado la sordera. Además, debo confesar que no leí el documento de Moscú.

P.: ¿Tampodo el que Berlinguer firmó en Belgrado con Tito?

R.: Tampoco. Pero mañana los leeré después de la misa pontifical, cuando haya escuchado la homilía del nuevo Papa.

P.: ¿Qué piensa de Juan Pablo ll?

R.: Diré lo mismo que cuando eligieron a Juan Pablo I. Yo tengo una gran confianza en el Espíritu Santo.

P.: El jefe de su partido, Benigno Zaccagnini, también parece tenerla. ¿Cree usted que Berlinguer y Zaccagnini están realmente dispuestos a llevar adelante la política del «compromiso histórico»?

R.: Otra vez la sordera total. No oigo nada.

P.: ¿Hasta qué punto colaborará usted con Zaccagnini y su política de entendimiento con los comunistas dentro de la Democracia Cristiana?

R.: Colaborar, colaborar... Naturalmente, que yo colaboro y colaboraré en una política de respeto a los ideales de la Democracia Cristiana y a los electores del partido. Pienso que una de las tareas más importantes que se le proponen actualmente a los partidos democráticos consiste, precisamente, en no renunciar a sus ideales.

P.: ¿Usted cree que Berlinguer se alejó de los suyos hace unos días en Moscú?

R.: No oigo. Sobre el Partido Comunista, únicamente puedo decir que lo observo, lo sigo y espero.

P.: ¿Qué espera?

R.: Ah, no le digo qué.

P.: El secretario del Partido Socialista, Bettino Craxi, piensa que la posición centrista -para algunos derechista- que usted ocupa en la Democracia Cristiana se está imponiendo en su partido. ¿Qué dice usted?

R.: En realidad, creo que son los electores los que están centrando las cosas.

P.: ¿Propiciaría ahora un acuerdo con los socialistas, ya que usted se opone al acuerdo exclusivo con los comunistas?

R.: En 1960, mi primer Gobierno democristiano fue sostenido por los socialistas. En 1962 los socialistas también votaron por el Gobierno que yo presidí. Por tanto, soy partidario de ese acuerdo.

Ambigüedad evidente en el eurocomunismo

P.: ¿Cómo ve usted el desarrollo del marxismo en este momento en Europa?R.: Voy a hablar de este asunto en el congreso de la UCD. En general, el marxismo, entendido en un contexto amplio, está intentando reconducirse en una dirección más cercana a la socialdemocracia que a los partidos comunistas, o al comunismo clásico. Hay una contestación en occidente, que prueba la crisis del sistema democrático-capitalista. También hay una discrepancia en el Este y un eurocomunismo en el Oeste, que testimonian la crisis del sistema totalitario-colectivista. Dentro de este cuadro, Yugoslavia, en el Este, ofrece la experiencia de la autogestión, tendiente a proponer un sistema parcialmente diferente del totalitario-colectivista, y en el Oeste, Berlinguer y Carrillo presentan el eurocomunismo. La experiencia yugoslava, aunque económica y políticamente significativa, modifica más el método que el sistema. El eurocomunismo es rico en promesas de respetar, por ahora, las reglas de la democracia, como lo aconsejó Lenin para acelerar la revolución, pero reafirma que el modelo de su sociedad futura sigue siendo el totalitario- colectivista. La ambigüedad es evidente y los riesgos claros. Los reformadores eurocomunistas no reforman nada. Con métodos menos claros, que ellos esperan más efectivos, continúan buscando la revolución mundial del proletariado dictatorial.

P.: De acuerdo con esa lógica, el compromiso histórico...

R.: Mire, como estoy sordo, le adelantaré lo que voy a decir en el congreso del partido de Suárez. Un partido democrático debe participar en todas las colaboraciones útiles por el bien de la comunidad. Puede aceptar compromisos en la confrontación, siempre que esos compromisos no modifiquen ni los idearios ni el programa que recibieron el consenso de sus electores. Pero hasta que el partido esté convencido de la correspondencia entre sus idearios y programa y el bien comunitario no puede aceptar compromisos contrarios a ellos.

P.: Veamos ahora un problema concreto, relacionado con la «confrontación», ya que no con el «compromiso histórico». Los socialistas italianos sostienenque usted está decidido a respaldar al Gobierno de Andreotti. ¿Es verdad?

R.: Yo creo que los socialistas también lo apoyan... .

P.: ¿Cómo ve usted el problema del terrorismo en Italia y en el resto de Europa?

R.: Es necesario un esfuerzo conjunto de toda Europa para luchar contráel terrorismo. Para ello resulta imprescindible determinar sus causas y sus objetivos, también en forma conjunta. Todos los países que lo sufren deben interesarse en este asunto.

P.: ¿Hay, a su juicio, una intervención internacional en los fenómenos terroristas nacionales?

R.: Ah, no sé, eso es difícil de determinar...

P.: ¿Qué le parecen las presuntas confesiones que Moro hizo a las Brigadas Rojas durante su cautiverio, publicadas días atrás por la prensa italiana?

R.: Para juzgarlas hay que tener en cuenta la situación en que se encontraba Moro, en manos de los terroristas.

P.: El diario La Repubblica dice también que en su última entrevista con Moro, éste desechó, en parte, el «compromiso histórico». ¿Qué sabe usted al respecto?

R.: Nada. En su momento, yo no tuve información sobre esa entrevista, ni hablé con Moro del tema.

Consejos para Suárez

Pocos minutos después de esta conversación con EL PAIS, el ex primer ministro italiano, ya recuperado de sus sorderas, leyó en el congreso de UCD un discurso en el que expuso sus ya conocidas ideas sobre el eurocomunismo y ofreció a Suárez y a sus seguidores algunos consejos políticos.«Quienes se ponen -dijo- en el centro de la vida política española -es decir, entrela izquierda y la derecha- podrán hacer mucho. La única cosa que no podrán hacer será permanecer en el centro, inmóviles. Ese centro se atrasaría rápidamente. Por tanto, sea consentido a un italiano repetir la frase que Manzoni pone en «Los Novios» en boca de un representante de España en Milán, en el siglo XVII: «Adelante, con juicio. » Y es preciso ahora añadir: «Con juicio, seguramente, pero siempre adelante.»

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_