China busca armas defensivas en Francia

China podría comprar a Francia, en un primer tiempo, material de guerra defensivo por un valor de 350 millones de dólares. Desde hace cuatro días se encuentra en este país una delegación, procedente de Pekín, al frente de uno de los viceprimeros ministros chinos, Fang Yi, con el fin de examinar las posibilidades de cooperación científica entre ambos países.

La URSS, enemigo visceral de los chinos, y al mismo tiempo enemigo potencial del mundo occidental, es el elemento que condiciona y, paralelamente, incita la venta de material bélico a China. Tras haber viajado a Gran Bretaña, la delegación china se encuentra en Francia visitando las instalaciones francesas de fabricación de armamento y estudiando las posibilidades de fórmulas que permitirán la adquisición de tecnología militar.A lo largo de otra visita semejante, los chinos no ocultaron que su armamento, en parte, era similar al de un país subdesarrollado. Teniendo en cuenta que este país vive obsesionado por la amenaza soviética, desearía dotarse de medios apropiados para una eventual confrontación.

La presencia moral de la URSS en las conversaciones franco-chinas es la que, precisamente, complica la posible cooperación militar entre ambos países. París, hasta cierto punto, no puede volver la espalda a sus relaciones económicas con Moscú a, la hora de firmar contratos con Pekín. Una de las misiones de la delegación que visita Francia en estos momentos consiste en saber hasta dónde estaría dispuesto el Gobierno francés a resistir a los «consejos» de la URSS.

En segundo lugar, el comercio bélico franco-chino choca, por segunda vez, contra la URSS y de manera general contra todos los países comunistas. Existe un organismo, el COCOM (comité de los catorce aliados occidentales y de Japón para el control de las exportaciones estratégicas hacia los Estados comunistas), que debe aprobar todo contrato de venta de armas a los pueblos comunistas.

Entre otros obstáculos, que se refieren a la prohibición de la venta de un número considerable de productos, el COCOM hace todo lo posible para que la colaboración en este dominio militar suprima la tecnología moderna, es decir, todo tipo de armas s6fisticadas, con el fin de mantener una distancia de posibilidades operacionales entre Este y Oeste.

A pesar de ello, actualmente los chinos se interesan en Francia por tres tipos de armas defensivas, en apariencia al menos: los misiles anti-carros Milan y Hot y los misíles antiaéreos Crotale. Según fuentes bien informadas, todo indicaría que ese carácter defensivo de las armas en cuestión podría facilitar la venta ya indicada al principio. En un segundo tiempo, si Francia se mostrara dispuesta, ya se especula hoy sobre la posibilidad de una cooperación con China a base de material ofensivo.

La visita del dirigente chino a Francia forma parte de una ofensiva diplomática de Pekín orientada a ampliar sus contactos comerciales y políticos con la Europa del Mercado Común.