Desahucio profesional de la juventud

Soy maestro industrial de electricidad y desde el mes de marzo en que me licencié del servicio militar he deambulado por multitud de industrias y empresas varias en busca de un puesto de trabajo; no ya de maestro industrial, como reza en el título que me concedió el Ministerio de Educación y Ciencia, sino ofreciéndome como oficial de 2.ª, e incluso de 3.ª; pero el resultado es siempre el mismo: negativo. He decidido realizar montajes eléctricos por mi cuenta, pero se me exige el título de instalador autorizado que expide el Ministerio de Industria y Energía.Meses antes de ingresar en el Ejército anduve tras esta idea de instalarme por mi cuenta, a la vista de que las empresas, sin experiencia laboral anterior, no me aceptaban -aun estando soltero-; pero la cuestión estriba en que el certificado de instalador autorizado por esta Delegación de Zamora se viene demorando indefinidamente por las más variadas causas; con lo que sigo como al principio: sin un duro en el bolsillo y a expensas de mis padres, aunque esté en posesión de un título de formación profesional cualificado.

Y yo me pregunto por qué cuando el Ministerio de Educación y Ciencia otorga el título de maestro industrial de electricidad no lo concede con las debidas garantías de poderme emplear por cuenta propia como instalador electricista autorizado, y no tener que andar de la ceca a la rneca por culpa de una burocracia retrógrada y pueril de la Administración.