Las cosas no marchan tan bien
«( ... ) Así se prolonga día a día la lista de lugares comunes y de ideas prefabricadas que los medios de comunicación, más o menos sutilmente inspirados, distribuyen como píldoras tranquilizantes a los pacientes ad aeternum en que nos hemos convertido. (... )Así se admite generalmente, entre todos, que España hoy marcha de maravilla; que la democracia se desarrolla con la luminosidad del milagro; que Adolfo Suárez, cuyo, talento maniobrero nadie discute ha convertido a los españoles a su casuística de gran superficie, y que el porvenir de este país vecino y amigo, doblemente próximo por estos títulos, se encuentra asegurado. Según este esquema optimista, el referéndum constitucional previsto para mediados de noviembre consagraría el éxito de un equipo dirigente, fuera de lo común. ( ... )
Ahora bien, acabo de regresar de España ( ... ) Y confieso que la imagen de esta estancia me aflige y me inquieta. ( ... ) La Constitución es objeto de interpretaciones contradictorias.
Para Fraga y Peces-Barba, por ejemplo, que representan a Alianza Popular y el Partido Socialista, es evidente que una vez la Constitución adoptada, el Gobierno debe presentar la dimisión. Para los de UCD, PCE y de la Minoría Catalana, Pérez Llorca, Solé Tura y Roca, ninguna disposición de los textos constitucionales redactados en común estipula dicha obligación. (...)
El actual primer ministro, sobre el cual se apoya Santiago Carrillo, no es partidario de la convocatoria de elecciones legislativas. ( ... )
El coqueteo que prosiguen Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, sobre todo después de los acuerdos de la Moncloa, irrita a los responsables de los otros partidos y suscita la ira del Ejército. De hecho, el Gobierno minoritario del, primer ministro tiene su vida garantizada por el apoyo que le concede el jefe del PC. Un apoyo que Carrillo se declara dispuesto a concederle, sin restricciones, hasta el término del mandato legislativo de las asambleas elegidas en junio de 1977. (...)
Pero el aspecto más peligroso del actual panorama político es la permanente rebelión de las provincias vascas. El cáncer que roe Vizcaya, Guipúzcoa, Alava y Navarra se extiende progresivamente por el conjunto del país. ( ... ) Más de 135 muertos después de la muerte de Franco, 53 asesinatos y 752 heridos para 1977 y los nueve primeros meses de 1978 (..)»
9 octubre
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