Antes de un mes puede haber una solución para el Ateneo de Madrid
Antes de un mes puede resolverse el problema jurídico y administrativo del Ateneo de Madrid, una vez que estén terminados los informes de los expertos y el Ministerio de Cultura, previa consulta a los miembros de esta institución cultural, decida la solución que se ha de adoptar a un problema estructural arrastrado desde hace cuarenta años, según ha declarado a EL PAIS Eduardo Ballester, director general de Difusión Cultural del Ministerio de Cultura.En la actualidad el Ateneo de Madrid, que ya ha iniciado las actividades culturales de este curso, es el único que permanece dependiente de la Administración, a pesar de que en distintas ocasiones algunos de sus miembros más relevantes han solicitado que se restaure como asociación civil.
En 1939, al terminar la guerra civil, el Ministerio de Educación Nacional se incautó del Ateneo, pero la propia Administración permitió que continuara funcionando, primero bajo el nombre de Aula de Cultura, después como Ateneo de Madrid, por lo que los antiguos socios recobraron sus derechos y se pudieron admitir otros nuevos.
Tras varios intentos de extinguir la asociación gestora del Ateneo por parte de distintos ministros de Información y Turismo, que se estrellaron contra la decidida intención de los socios de mantenerlo, el actual ministro de Cultura, Pío Cabanillas, admitió el año pasado que «la extinción de la antigua asociación no ha resultado muy clara y que, por tanto, parece conveniente que reabra su funcionamiento pleno mediante la elección de una nuevajunta gestora». El actual Ministerio ha proporcionado también importantes ayudas materiales para obras de restauración.
Del conjunto de problemas que configuran la solución correcta de la que ha de resultar la restauración de la asociación civil fundadora y rectora del Ateneo hasta 1936, destaca como el más importante, que determinará la solución de todos los demás, el que plantea la integración de una junta directiva en la que se conjuguen el derecho de los socios, a regir los destinos de la entidad con la dimensión nacional que ha alcanzado la actividad cultural del Ateneo.
Una de las dificultades materiales a las que tendrá que hacer frente la asociación gestora del Ateneo será la reconstrucción de la hemeroteca, virtualmente bloqueada desde finales de la última década. Igualmente, deberá elaborar una política bibliográfica, en la actualidad inexistente, y tendrá que ordenar toda la vida cultural sistemática, deformada durante el período de la incautación.
El Ateneo deberá reorientar también la vida económica que aunque no ha adolecido de ciencia de fondos, el ministerio en sus asignaciones no siempre utilizó un criterio racional adecuado al desarrollo de los fines fundacionales.
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