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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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Escribir y llorar

Para Larra, escribir en Madrid era llorar. Escribir en los periódicos, se entiende. Ricardo Cid ha glosado muy eficazmente la famosa frase en un artículo de La Calle. Ahora, los chicos de la prensa (Larra fue un chico de la prensa) empiezan a llorar antes de empezar a escribir. Al menos, según se explican.Lo cual que César Alonso de los Ríos, judeomarxista castellano y sibilino, me pide un cuento para La Calle:

-¿No querrás un cuento de rojos?- le digo, porque me los conozco.

-De rojos, no. De un solo rojo, que serías tú.

Tienen salida para todo. César, a quien tienes que pedir un cuento es a los alumnos esos de la facultad de Ciencias de la Información y de la cosa.

La mayoría de los alumnos, según el runrún que anda, dice que la Facultad de Ciencias de la Información no cumple su cometido. Yo voy periódicamente a ese búnker de hormigón que hay en la Universitaria, y que es la facultad de autos, unas veces a hablar y otras a leer las pintadas, ya que, como al fin y al cabo se trata -o debiera tratarse-, de una escuela de escritores, suelen ser las mejores del mundo estudiantil o casa de la Troya marxista, que en el tardofranquismo estaban muy levantiscos, todo el día discutiendo con los caballos de los guardias a caballo, y ahora se han quedado como aburridos y pasotas. Bueno, pues últimamente, las pintadas de la Facultad de la Información han pasado de lo político a lo erótico:

-¿Cuál es hoy vuestro rollo, tíos?

-Toma.

Y me dan su prensa alternativa. Nihil. Nihil es una revista que está en su número uno, apócrifo, y tiene como lema: En este jodido país nunca pasa nada. Y pensar que para esto se fatigaron tanto Emilio Romero y el futuro director de Abc (que me tiene prohíbido citar su nombre: liberales que son). Para sacar adelante una Facultad de Ciencias de la Información donde lo único legible son las pintadas y la prensa underground que hacen los chicos. Parecía que Romero iba a pasar a la historia, con este invento de hormigón, y que el otro iba a quedar en hormigón con este invento histórico. Pues nada. Dicen los de Nihil, ofreciendo una galería fotográfica de vips del año en Estados Unidos: De momento, todos estos senores nos la chupan.

¿Qué modales son esos? ¿Es esto lo que les han enseñado sus mayores, o sea Juán Aparicio, loanna, Bartolomé Mostaza, Gómez Aparicio y esos? Qué corte para el viejo Romero y el joven prohibitivo que ya se sentían fundadores y fundacionales. Dicen los chicos que esta facultad ni forma profesionales ni imparte conocimientos. Son injustos, hombre, porque entonces ¿a ver dónde han aprendido ellos todo lo que saben? Me lo dijo Juan Ramón Jiménez cuando nos sentábamos en las sillas del parque del Oeste a ver el crepúsculo como ahora se sienta la gente a ver la televisión:

-Los libros que forman al chico son los que el chico lee en las copas de los árboles.

O sea los que lee a escondidas, o a la salida de la facultad esa. Aunque también puede dársele a la frase el sentido griego de que los árboles son alfabetos. Pero el Nobel Juan Ramón, también un poco yiddish, como el Nobel de este año, no era muy dado a griegos. Dicen los educandos que la dirección de la facultad en estos últimos años ha sido negativa o intrascendente. Y los profesores, medianos y mediocres. Es que no dejan títere con periódico.

Espasa-Calpe saca unos fascículos sobre Madrid y ha agotado el primer número. Hay que escribir fascículos, tios, que el fascículo es lo que vende ahora; y dejarse de prensa alternativa. El mejor periódico de Madrid lo escriben hoy estos chicos en la página de hormigón de las pintadas. Dentro de la facultad hay confusión, apatía, mediocridad y «preparación intelectual mediana». Pero las pintadas son hermosas. La imaginación, como siempre, se ha quedado afuera.

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