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Abril Martorell: "No habrá estatuto vasco mientras persista la violencia"

El matutino vasco Deia -editado en Bilbao- publicaba ayer en primera página una crónica de su corresponsal en Madrid en la que se revelan algunas afirmaciones hechas por el vicepresidente Fernando Abril en torno al tema de los estatutos de autonomía. El periodista recoge las palabras del vicepresidente del Gobierno, al término de una de las reuniones sostenídas el jueves con representantes del PNV, acerca de la disposición adicional. El señor Abril decía, «Aquí no vamos a estudiar estatutos de autonomía ni vamos a estudiar nada mientras haya violencia. La violencia sólo va a conseguir que algunos asuntos le retrasen e incluso se les dé el carpetazo.»

Más adelante, la citada información señala que el señor Abril habló en aquella reunión de la necesidad de componer entre las fuerzas políticas un compromiso antiviolencia, «condición indispensable para poder dar un paso adelante». Cuenta el corresponsal de Deia que el vicepresidente del Gobierno abordó también la posibilidad de referéndum en Navarra para decidir su incorporación al País Vasco, peroaáñadió: «Si existe una situación de violencia, el referéndum no llegará nunca.»Estas afiriñaciories del Férnando Abril, reproducidas por Deia, provocaron ayer un verdadero revuelo e inquietud en Euskadi. EL PAIS fue testigo de estas reacciones.

«O las palabras de Abril están mal recogidas por el periodista, o es que este señor no sabe lo que dice. ¡Cómo se pueden decir barbaridades de este calibre!, declaraba ayer Ramón Rubial a nuestro periódico.

«Desde luego, el señor Abril puede tener su criterio, pero pienso que quien ha de decidir sobre el estatuto de autonomía serán las Cortes y, en definitiva, la Constitución. Insisto en que si sus declaraciones son ciertas, significa "desenterrar el hacha de guerra" que en período constitucional, en el Congreso y en el Senado, se ha tratado de enterrar a través de la Constitución.»

«Prefiero pensar -concluye Rubial- que han sido palabras dichas en un momento de malhumor. Ahora bien, si son producto de esa idea absurda de que el País Vasco, en general, es quien interfiere la evolución política del Estado español, debo considerarlas como manifestaciones desgraciadas.»

Por su parte, Carlos Garaicoechea, presidente del PNV considera las declaraciones de Abril aparecidas en Deia como «absolutamente impopul.ares tendenciosas e incomprensibles».

«Aquí, la violencia la pueden provocarmuchas gentes, y entre ellas las más interesadas en retra sar la autonomía para Euskadi. Yo me preguntaría quiénes pueden encontrar en declaraciones de este tipo el mejor juego a sus intenciones. Desde luego, este tipo de manifestaciones son propias de políticos que en esta democracia hablan aún de forma autocrática, como en las épocas franquistas.»

El lendakari vasco Jesús María de Leizaola declaraba a EL PAIS su sorpresa al conocer las declaraciones de Abril. «Comprendo que se expresen cosas así en un momento de insuficiente reflexión, pero como norma o política de Gobierno, no. Son opiniones peligrosas.»

Garaicoechea explica la postura del PNV

Deia también publica unas declaraciones del presidente del PNV, Carlos Garaicoechea, sobre la enmienda adicional a la Constitución relativa a. los fueros y al futuro del País Vasco, en las que afirma que «en una de las pocas cosas en que durante las conversaciones, tenía razón Abril era su afirmación de que resultaba prácticamente imposible concillar los mínimos aceptables por el PNV con los máximos aceptables por UCD».

«El tema central -dice el líder del PNV- era el siguiente: en el supuesto de que disposiciones de la Constitución chocasen con los derechos forales restaurables, ¿,qué tenía que prevalecer? Nosotros entendemos que una interpretación auténtica de los mismos nos indica que éstos son absolutamelite inexpugnables por cualquier otro tipo de legislación estatal. Esto produjo la preocupación de que entonces los derechos forales pudieran llevarse hasta sus últimas consecuencias, es decir: hasta posiciones que pudieran poner en peligro la integridad del Estado.»

«A estos efectos -añade Garaicoechea-, nosotros tratamos de desvelar lo fundamental, poniendo coto a la reintegración foral en los términos que establecen los artículos 148 y 149. Este era nuestro mínimo. UCD, en cambio, exigió que desde el primero al último artículo de la Constitución prevaleciera sobre cualquier concepción de la restauración foral.

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