_
_
_
_
_
Entrevista:

"La fecundación en probeta puede disminuir el riesgo de anormalidades"

El doctor Steptoe está asediado hoy por periodistas de medio mundo. Su vida tranquila en la clínica de la Seguridad Social inglesa ha dejado de ser así e incluso está decidido ya a abandonar el National Healt Service para establecerse de modo particular. Miles de cartas le llegan diariamente de madres que quieren, a través de la probeta, tener hijos. Ahora el doctor Steptoe está en Sevilla para presidir la reunión conmemorativa de las bodas de plata de la Sociedad Española de Fertilidad.Pregunta. Quizá, doctor, una de las cuestiones más planteadas a raíz del nacimiento de la niña probeta es la posibilidad de que en la manipulación del laboratorio pudieran surgir anormalidades.

Respuesta. Usted tiene que recordar que en los nacimientos normales y naturales hay riesgos, hay casos de anormalidades. Es un porcentaje que se conoce y que existe. Lo que debe de quedar claro es que por nuestro trabajo no se aumenta ese riesgo e incluso puede pensarse que la tasa de anormalidades puede descender, porque el control es mucho más estricto. De hecho, hemos tenido un embarazo normal, como lo muestra el caso de este verano.

P. ¿Y los abusos? Porque ciertamente puede imaginarse un tipo de abusos que nos harían pensar en Aldous Huxley.

R. Mire: nosotros nunca hubiéramos emprendido este trabajo por cuestiones o razones sociales, o para ayudar a alguien demasiado perezoso a la hora de tener hijos; se hace para ayudar a aquellas mujeres que por distintas causas son estériles. Es decir: no es un juego, ni una anécdota de laboratorio. Por supuesto, es importante que no se abuse de este trabajo. Todos los avances en medicina tienen partes buenas, pero también abren el camino, del riesgo de abuso. Por eso pienso que cuando este trabajo se haga más frecuente debe hacerse en centros totalmente reconocidos, contando con el punto de vista ético del médico, y comprendiendo las razones y motivaciones de quienes lo hacen y, de quienes se someten a este tratamiento.

No es "niña- probeta"

Cuando al principio de nuestra charla hablamos de Louise Brown, como la niña-probeta, el doctor Steptoe rectificó rotundamente: «No, no la llamen ustedes niña-probeta. No es así. La niña pasó 285 días en el seno de su madre y sólo tres días en el laboratorio. Así que no puede hablarse de probeta.»P. Doctor, el nacimiento de la niña, este verano, fue noticia de primera página en muchos periódicos del mundo. Sin embargo, de forma casi inmediata, se habló de que no era «su» caso el primero de la historia.

R. Es cierto que se han intentado experiencias de este tipo desde hace mucho tiempo. Pero la posibilidad se vio realmente hace poco más de veinte años. Entonces se inició la fertilización de huevos. Pero no en seres humanos. Los casos de que se ha hablado de Italia o Francia, o de otros países, no han sido autentificados ni se han descrito en la literatura médica. Así que, científicamente, es como si no hubieran existido, porque sólo se saben de comentarios y noticias aisladas. Yo creo que hemos sido los primeros en lograr un parto así, y los que primero lo hemos descrito paso a paso. Desde el comienzo, fuimos publicando el proceso, la fertilización del huevo, el crecimiento del embrión en los tres primeros días, la introducción en la madre y el posterior embarazo y parto.

Alquilar úteros

P. Ciertamente es como si entráramos en la ciencia-ficción. ¿Se imagina, doctor, la posibilidad de que se abra una tienda de óvulos o de que se alquilen úteros?.R. Por un lado, yo tengo mis dudas de si alguna vez será útil tratar de desarrollar un niño totalmente fuera de una rnadre, es decir, desarrollarlo íntegramente en el laboratorio. La mejor incubadora es siempre una madre. Dicho esto, y quitando por supuesto lo que tiene de fantasía la pregunta, yo creo que puede haber razones médicas, que aconsejen en determinados casos tomar óvulos de una mujer para trasplantarselos a otra. En otras palabras, que con un riguroso control me parece lógico y hasta posible que hubiera donación de huevos. En cuanto al «alquiler» de útero no lo creo posible, puesto que no conduciría a nada.

Hablamos del niño clónico y comenta simplemente: «Es de risa, y desde luego de auténtica ciencia-ficción. No creo que ningún verdadero médico se implicara en éste.»

«Ya sé -añade después- que para mucha gente quizá el nacimiento de Louise Brown no haya supuesto nada. Yo creo que lo primero que se logró es la posibilidad de ayudar a una serie de mujeres que no podían tener hijos. Pero es que, además, hemos aprendido mucho sobre la fertilización del huevo y el crecimiento primario del ser humano. Al comprender todo esto, se nos abre también la posibilidad de saber por qué ocurren y cuándo ciertas anormalidades del desarrollo embrionario. Así podrían prevenirse e incluso curarse.

Según Patrick Steptoe, en el mundo, una de cada diez parejas tiene problemas para tener descendencia. De ese porcentaje por lo menos un tercio tiene problemas que se podrían resolver con un tratamiento como el empleado con Louise Brown.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_