Los archivos de la Inquisición, fuente de estudio del antiguo cristianismo
La ponencia del profesor francés Jean Pierre Dedieu, Los archivos de la Inquisición, fuentes para un estudio antropológico de los cristianos viejos, es un buen ejemplo más de la importancia que los archivos inquisitoriales tienen para el conocimiento sociológico de la España de los siglos que soportaron la existencia del Santo Oficio.El profesor Dedieu escogió como tipo de delito que le serviría para desarrollar su análisis socio-antropológico el de la «simple fornicación», entendida ésta por la copula carnal fuera del matrimonio y con mutuo consentimiento, para distinguirla de las violaciones, de tipo muy frecuente en la historia moderna de España. La Inquisición, lo que en realidad perseguía era la creencia popular de que la simple fórnicación no era pecado. El ponente eligió las fechas de 1560 a 1630. en la actuación del tribunal de Toledo, por ser la fase cronológica de la que existe mayor abundancia de documentación. Entre 1560 y 1565, el citado tribunal vio veinte causas por este tipo de delito, que se elevaron a ochenta en los cinco años siguientes y a sesenta más en los veinte años posteriores, es decir, de 1560 a 1590, lo que a juicio del profesor Dedieu contabilizaban un tercio de las causas seguidas por la Inquisición de Toledo en este período de tiempo. Entre 1600 y 1630, las causas por este tipo de delito disminuyen paulatinamente, hasta desaparecer prácticamente. Al parecer, la campaña de los Tribunales de la Inquisición en contra de la «simple fornicación» estaba justificada por las directrices del Concilio de Trento, en el que se decidió potenciar el matrimonio cristiano. La documentada ponencia del hispanista francés entroncaba con la que el día anterior expuso el profesor Contreras y en la que se demostraba cómo la Inquisición encausaba a más reos por delito contra la moral establecida que contra los delitos específicamente heréticos.
En la documentación manejada por el ponente, y entre más de cuatrocientas fórmulas que explicaban el porqué de la simple fornicación, más de la mitad aludían a la prostitución. Consideraban los procesados que no podía ser pecado si se pagaba por fornicar. En realidad, la prostitución aparecía como una válvula de seguridad y desfogue para los jóvenes solteros, siempre preferibles a la violación y en cualquier caso permitida por el rey. Una quinta parte de los acusados justifican el incesto. No es un pecado hacer el amor a la madre -señalaban- si ambos lo desean.
En lo que atañe al análisis sociológico de los encausados en el primer período, siempre dentro de las fechas citadas anteriormente, los acusados viven en ciudades y pertenecen al status de marginados. A partir de 1570-75, los acusados proceden de pueblos. Es decir la campaña de los tribunales inquisitoriales había llegado ya hasta el ínfimo rincón del distrito. Son labradores relativamente ricos, no jornaleros, lo que explica que la idea de la simple fornicación sea algo común y socialmente aceptado en todas las capas sociales. Y de lo general, el profesor Dedieu pasó a lo particular, relatando dos procesos, uno en 1577, seguido contra siete jóvenes campesinos de un pueblo de Toledo, que en la plaza pública comentaban la velada que habían pasado con una prostituta pagada por todos ellos. Al escucharles un sastre de la localidad les señala que tal acto era pecado. Los jóvenes lo negaban alegando el pago del servicio y todos junto fueron a consultar al cura. De allí pasaron todos a la Inquisición. El único que sabía que la simple fornicación era pecado era el sastre.
En 1587, Juan Moreno, tabernero de un pueblo de la sierra de Madrid, viajaba en compañía de un amigo y se encontraron a dos mujeres que ejercían la prostitución. Gozaron de sus servicios y al regreso a la taberna comentó con sus clientes lo que acababa de hacer. Discutieron sobre si había sido pecado o no, lo comentaron al cura de la localidad y éste le sugirió a Juan Moreno el que se delatase él mismo al tribunal inquisitorial. Hay que señalar que las penas no eran graves, aunque siempre se hacían públicas en demostración del interés que tenía el Santo Oficio de erradicar la creencia de que el delito no constituía pecado.
El profesor Dedieu señaló lo cuatro niveles informativos que poseían, cuando menos, los archivos inquisitoriales. El núcleo central de la información es el delito en este caso, la idea de que la simple fornicación no era pecado. Esta creencia popular está perfectamente relatada en todos sus procesos. La segunda capa informativa son las actividades relacionadas con el delito en sí, como, por ejemplo, la abundantísima información sobre la prostitución en la España del siglo XVI, de la que el ponente afirmó la posibilidad de hacer un amplio estudio sociológico y un mapa detallado de dicha actividad. La tercera capa informativa permite investigar sobre los controles sociales, es decir, sobre los ciudadanos intermediarios entre los presuntos acusados el tribunal que los juzgará, es decir, los líderes de opinión. Por último, en todos los procesos surgen numerosos datos dispersos que pueden aclarar muchos detalles sobre los horarios de los distintos tipos de trabajo, las fórmas de sociabilidad, hábitos de comportamiento, etcétera. Un ponencia que, en suma, ratifica la convicción de la necesidad del análisis interdisciplinar.
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