Niño sin escuela

Después de leer continuamente en los periódicos que sobran puestos escolares en las escuelas nacionales de Madrid, y haber acudido a la, inspección de zona, ya rendida, me dirijo a su periódico, haciendo uso del derecho al pataleo y usándolo como tribuna pública, para que otras personas, en mi misma situación, se decidan a denunciar una cuestión inexplicable en estos tiempos en los que lasnecesidades educativas del pas deberían estar suficientemente cubiertas.Tengo un hijo de seis años que tiene que cursar el 1.º de EGB. En el mes de junio solicité para él una plaza en las Escuelas Aguirre, colegio que me debiera corresponder por la zona en que vivo, que es la del Retiro; como recibí una respuesta negativa lo intenté en el de La Almudena, también en dicha zona, y la respuesta fue la misma.

Soy profesora de instituto, acabo de conseguir la agregaduría de enseñanza media, pero este curso Seguiré en «prácticas», después de haber impartido clases durante diez años. Estoy separada y mis ingresos son de 39.000 pesetas mensuales. Me veo obligada a llevar al niño a un colegio privado, en el que pagaré diez mil pesetas mensuales. Este es uno de los problemas, pero hay otro que para mí es importante, y es que mi deseo de educar a mi hijo en un colegio nacional... con niños de toda procedencia social, sin elitismos, ni tintes de ningún tipo, se ve totalmente frustrado.

¿Dónde está la libertad de enseñanza?, me pregunto. Sé que este problema es de muchas familias-, miles de niños han visto rechazadas sus solicitudes tanto en BUP como en EGB. Dicen que en la zona del Retiro ya no hay solares para construir: ¿Y la Torre del Retiro. y la urbanización Retiro II, y el magnífico espacio de las antiguas Escuelas Aauírre. apropiadas por el Ayuntarniento y que la fundación donó para fines docentes?

El problema no es nuevo, ya es hora por tanto de que aumenten los presupuestos para la enseñanza estatal y que se deje de favorecer a unos señores que llevan ya muchos, demasiados, años lucrándose, primero con nuestra desastrosa educación, y con la de nuestros hijos, ahora.