Escepticismo ante la creación de los centros estatales de orientación familiar
El decreto sobre la creación de centros de orientación familiar que se aprobó en el Consejo de Ministros el pasado día 1 de septiembre ha sido elaborado con juntamente por el Ministerio de Sanidad y el de Cultura; la Dirección General de Salud Pública, por parte de Sanidad, y Desarrollo Comunitario -de la que depende Condición Femenina-, por parte de Cultura. Pero Condición Femenina, para quien estos centros repre sentan el principal logro en su programa de actuación, no está satisfecha de los acuerdos a los que han llegado las conversaciones bilaterales de ambos ministerios. «Aunque en el decreto no se pone de manifiesto una situación discriminatoria, la verdad es que somos los últimos monos», comenta un miembro del equipo de Condición Femenina. «El Ministerio de Sanidad parece que no entiende nuestra función ni la labor que podemos realizar en estos centros.»
La decisión impuesta por Sa nidad de establecer un servicio de atención a la madre y al niño que se prolonga hasta nueve meses después del nacimiento es una de las cuestiones que ha contrariado a Condición Femenina. La creación de este servicio no se ciñe a los planteamientos de Condición Femenina, que concibe los cen tros de orientación como un es pacio exclusivamente femenino, dedicado a los problemas específicos de la mujer y no a la medicina preventiva o a la pe diatría.
En estos momentos, Condición Femenina mantiene una cautelosa actitud. «Entendemos que tenemos derecho a participar en el tema, pero como el protagonismo es de Sanidad nos limitaremos a realizar una labor informativa», señala María del Mar Venaclocha, subdirectora general.
Por su parte, las autoridades de Sanidad afirman q ue «ven con agrado la participación de Condición Femenina». «Nos ayudarán mucho a enfocar y plantear los temas de carácter femenino, lo que es importante, porque en el aspecto de la maternidad es al fin y al cabo la mujer la que se encuentra más implicada.»
Según fuentes del Ministerio, ante la gran demanda que se espera, será necesario hacer una súlección de casos: «Hay que ir a resolver primero los problemas más urgentes. Si en la lista de espera figura una ciudadana de diecisiete años que quiere evitar el embarazo y una madre con varios hijos se le dará prioridad a esta última.»
En cuanto a la puesta en marcha de los centros no hay todavía una fecha fijada. «Se hará un estudio de las necesidades y después se empezarán a abrir centros, primero en las grandes capitales.»
Tampoco se ha decidido si los miembros de los equipos de trabajo -médicos, psicólogos, asistentes sociales, etcétera- serán funcionarios o contratados. La primera posibilidad representaría más dinero y hay que contar con la limitación del presupuesto.
«Lo importante es que sean profesionales maduros y neutrales desde el punto de vista médico y que su ética y moral esté a salvo de toda duda», señala el doctor Clavero, secretario de Medicina Preventiva.
Por otra parte, se anuncia que el próximo día 2 de octubre comenzará un curso de especialización para dirigen tes y profesionales de centros de orientación familiar, organizado por la Delegación territorial del Ministerio de Sanidad. Con este curso, que durará quince días y tiene un número de plazas limitado a cincuenta, se trata de reciclar a posgraduados especializados en ginecología, asistencia social, psicología clínica, etcétera, sobre el tema de la planificación familiar en su dimensión técnica y humana.
Duras críticas
La postura más crítica ante la creación de los centros estatales la mantienen los grupos feministas radicales. El grupo de Planificación Familiar, pionero del planing en Madrid, con su famoso local de Federico Rubio, 36, expone las razones que explican su actitud.«Pensamos que estos centros estatales no son más que una argucia electoralista de UCD y dudamos muchísimo de su eficacia. Ni siquiera van a resolver los problemas más urgentes, como el que presentan las madres trabajadoras con muchos hijos.»
«Tal y como se han estructurado van a ser una especie de mezcla de teléfono de la esperanza y consultorio de la señorita Francis. Una funcionaria con una lista de direcciones de profesionales especialistas a quienes se remitirán las consultas. Un servicio de este cariz no tiene sentido. La gente ya sabe buscarse sola los teléfonos.»
«Por otra parte, mientras no se arregle la caótica situación de Sanidad no hay nada que hacer en este terreno, más aún cuando tampoco hay dinero suficiente para emprender un plan a lo grande.»
«Una alternativa interesante a los centros estatales sería fomentar y financiar las iniciativas de grupos comprometidos en el tema de la planificación y preparados para llevarla a cabo. El problema es que hay unas ochocientas funcionarias de la Sección Femenina que colocar y los centros de orientación familiar pueden proporcionarles puestos de trabajo.»
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