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La "cumbre" de Camp David se prolongará otros dos o tres días

Para tomarse un descanso en sus negociaciones de paz, los presidentes de Estados Unidos y Egipto y el primer ministro de Israel, abandonaron el domingo, por unas horas, su reclusión en Camp David y visitaron el escenario de la batalla de Gettysburg, la más sangrienta y decisiva de la Guerra de Secesión norteamericana.

Durante algo más de tres horas, Carter, Sadat y Begin recorrieron el histórico lugar, situado en el estado de Pennsylvania, no muy lejos de Camp David, donde los ejércitos confederados fueron derrotados por las tropas de la Unión, el 3 de julio de 1863. Se estima que en la batalla se produjeron 51.000 bajas.Rodeados por estrechas medidas de seguridad, los tres líderes aparecieron sonrientes y amistosos durante su escapada de la finca de Camp David. Los reporteros tuvieron muchas dificultades para acercarse a los participantes en la cumbre, y cuando lo lograron obtuvieron una lacónica respuesta por parte de Menahem Begin, que se limitó a decir: «Vamos bien.» Un poco más explícito fue el ministro israelí Ezer Weizman, que declaró que quedaban por lo menos dos o tres días de conversaciones antes de que se ponga fin a la cumbre.

El portavoz de la Casa Blanca, Jody Powell, dijo ayer que Carter se había entrevistado con Begin el domingo por la noche y con Anuar el Sadat el lunes por la mañana, y« añadió que no había prevista por el momento ninguna reunión entre los tres mandatarios. Powell advirtió que no debe deducirse de ello un parón en las negociaciones, como tampoco del hecho -significativo, pese a todo- de que los líderes de Israel y Egipto no hayan celebrado todavía ni una sola entrevista sin la presencia de Carter.

El bloqueo informativo a que ha sido sometida la cumbre continúa, por tanto, igual de rígido. Sin embargo, las especulaciones ofrecen desde el fin de semana un carácter más bien pesimista. El senador Henry Jackson declaró el domingo en la televisión que, a su entender, se han realizado pocos progresos. Otros informes apuntaban incluso a una hipotética retirada de Sadat de la cumbre motivada por la intransigencia total de Begin.

De acuerdo con informaciones de prensa, la Administración Carter intenta ejercer el máximo posible de: «presión psicológica» sobre los dos huéspedes de Camp David, para obligarles a llegar a un acuerdo siquiera mínimo. Las «filtraciones» de días anteriores que apuntaban hacia avances en la conferencia habrían sido, según esta tesis, diseminadas a propósito por Estados Unidos, que jugaría así con el temor que tienen Sadat y Begin de aparecer a los ojos del mundo como irreductibles en sus posturas, aun a riesgo de un nuevo conflicto en Oriente Próximo.

En cualquier caso, esta es simplemente una más de las muchas especulaciones que circulan sobre la cumbre, que ha ido siendo desplazada poco a poco a las páginas interiores de los diarios y que ya no ocupa el lugar principal en las noticias radiadas o televisadas. De los distintos pronósticos que se hacen sobre qué día se terminará la extraña cumbre abundan más los que lo sitúan entre los próximos martes y miércoles. Se espera que para entonces un comunicado final, despojado de la retórica y la ambigüedad que pueda tener, dé el verdadero alcance de la reunión de Camp David.

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